Opinión | La curiosa impertinente

Mesías y dimisión

Vara es evidente que ha recibido en su cara la bofetada destinada al presidente Sánchez

En la noche electoral, el gran derrotado no tuvo la elegancia ni la educación de ir a Ferraz a dar la cara. Tampoco de felicitar a Feijóo, ni siquiera a Page. Dejó a Alegría, triste en la adversidad. Cuando esta habló, improvisando, porque está claro que con su jefe no había hablado, lo hizo con la dignidad de quien admite haber entendido el mensaje y promete autocrítica. Llegué a creer en el propósito de enmienda y en el fin de los pactos con filoetarras, antisistema e independentistas. Vano espejismo. Sánchez lo había vuelto a hacer. Ni siquiera convocó un Consejo de Ministros para adelantar las elecciones y la ejecutiva que iba a hacer autocrítica, según la portavoz, se encontró no con el análisis de los resultados- ¿para qué?- sino las Cortes disueltas por voluntad del amo y una nueva racha hasta el 23 de julio de actividad frenética. Nada de reflexión profunda sino más frenesí hemorrágico de promesas electorales y ruido y furia contra la difícilmente creíble imagen del sereno Feijóo al frente de una ola reaccionaria instituida por decreto como el enemigo a batir, no solo en España sino en Europa, por el gran mesías español. Hoy el periódico sumiso ensalza el movimiento audaz del gran resiliente. En fin. 

A mí me parece muy bien que haya elecciones anticipadas. Pero no creo que sea porque Sánchez quiera responder de su derrota así. Por poner dos ejemplos cercanos, en Extremadura, Vara, barón respetado, asume dignamente su fracaso y se retira de la política, cuando es evidente que ha recibido en su cara la bofetada destinada al presidente. Y una se alegra muchísimo por María Guardiola. En Cáceres, Salaya ha sido un buen alcalde mas su derrota puede entenderse como consecuencia en parte de la ola anti inquilino de la Moncloa que ha barrido a tantos buenos gestores socialistas. Y una lo celebra muchísimo por Rafa Mateos. La digna respuesta del joven regidor ha sido dejar la política. Dice Lucía Méndez que la convocatoria de elecciones en realidad es una dimisión de Sánchez, pero está claro que cuando uno quiere dimitir, dimite. 

*Profesora

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