Mareando la perdiz tras el 28M

Guardiola no quiere pactar con Vox, pero sabe que no va a tener más remedio que hacerlo

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Según el diccionario de la Real Academia Española, marear la perdiz es hacer perder intencionadamente el tiempo en rodeos o dilaciones que retrasen u obstaculicen la resolución de un problema. Eso es precisamente lo que están haciendo el PP y Vox después de las elecciones del 28 de mayo, que les dieron la posibilidad de cambiar el gobierno de Extremadura, eso sí, con un acuerdo previo.

La verdad es que no me gustaría estar en la piel de María Guardiola en estos momentos. El resultado electoral ha sido un regalo envenenado porque le ha puesto delante la posibilidad de lograr lo que quería, ser la presidenta de la comunidad extremeña, pero con una condición, que se entienda con Vox, con el que siempre ha dicho que no quería gobernar. Ahora tampoco.

Entiendo que por eso está costando tanto reunirse y llegar a un acuerdo. Porque en el fondo, Guardiola no quiere pactar con Vox, pero sabe que no va a tener más remedio que hacerlo y, además, seguramente, se tendrá que plegar a sus exigencias porque, de lo contrario, adiós a la presidencia regional.

Por su parte, Vox sabe que es decisivo y que Guardiola le necesita, pero ¿hasta qué punto va a exigir? ¿Pedirá sí o sí entrar en el gobierno? ¿Lo aceptará Guardiola? Por los discursos de sus líderes nacionales, no parece que Vox se vaya a conformar con apoyar sin más al PP con sus votos en la asamblea. Todo apunta a que querrá una importante contraprestación, por «respeto» a sus 50.000 votantes (exactamente 49.342), dice.

Sin embargo, no hay que olvidar que la que debería llevar la batuta de la negociación, la que debería decir cuándo quiere y dónde quiere es María Guardiola y el PP porque para eso ellos consiguieron 236.090 votos, cuatro veces más que los de Abascal.

Y en todo este estirar el chicle tendrá también mucho que decir el líder nacional popular, Alberto Núñez Feijóo. Porque aunque Guardiola ha afirmado que Madrid no va a marcar sus decisiones, olvidándose así, muy pronto por cierto, de quién la eligió para presidir el PP regional, Feijóo ya la ha enmendado, dejando claro que será la dirección nacional quien supervise los acuerdos en cada territorio, incluido Extremadura, que incluso estaría dispuesto a perder.

Aún así, lo más probable es que eso no suceda y Guardiola gobierne, pero en esto de la política, nada es lo que parece y, no lo duden, todo puede pasar.  

Suscríbete para seguir leyendo