Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | La trastienda

Vara se va, Guardiola llega

Hay voces del PSOE que sitúan al ex presidente extremeño en la política nacional y que todo depende de los resultados del 23J

Guardiola y Vara, este viernes en la Asamblea de Extremadura.

Guardiola y Vara, este viernes en la Asamblea de Extremadura. / Jorge Armestar

Guillermo Fernández Vara se va de la política extremeña. Y a diferencia de otros, se marcha agradecido, gustoso de haber contribuido a hacer una Extremadura mejor. Pocos políticos como él me he encontrado en mi ya larga vida profesional, gente que está en política en el convencimiento de que, de verdad, sirve para cambiar la vida de la gente. Tras sus más de 20 años de vida pública, no creo que tenga enemigos aunque sí adversarios y como han dicho desde Podemos, también el PP e incluso desde Vox, los extremeños, por regla general, con independencia de sus éxitos y de sus fracasos, le tienen afecto. Y eso no lo puede decir todo el mundo cuando echa el cierre de su negocio y decide dedicarse a otra cosa en otro sitio. 

El viernes pasado, el debate de investidura de la popular María Guardiola como nueva presidenta de la Junta de Extremadura sirvió también para que Guillermo Fernández Vara se despidiera y lo hizo de una manera elegante y sincera, con ese discurso afable que, en ocasiones, han tildado los suyos de blando y que por contra ha crispado a sus contrincantes acusándole de practicar el abrazo del oso, ese que te mata mientras te da muestras de cariño. En sus palabras ante la Asamblea de Extremadura recordó a su madre cuando le comunicó que se iba a dedicar a la política y ella le pidió que no se metiera en líos ni tampoco con nadie. Fernández Vara señaló que lo primero no lo había podido cumplir pero que lo segundo sí, y dijo sus últimas palabras ante el hemiciclo que ha sido testigo suyo tantos años: «Como trates a la gente cuando estés subiendo la cima, es como te tratarán a ti cuando la bajes. Han sido años llenos de aciertos y errores, pero me voy habiendo mantenido siempre el respeto por todos con quien he compartido este espacio. Nada más y buena suerte».

Algunos ya asumen sin disimulo que Extremadura pierde un gran político, pero lo gana la política nacional

No sé cuál va a ser el destino de Guillermo Fernández Vara en los próximos meses. Pero cierto es que pocos lo sitúan fuera de la política. Su responsabilidad y su lealtad para con su partido a nivel nacional hace que sus más cercanos lo vean en Madrid, pero la verdad es que todo dependerá de lo que pase el 23J. De ganar las elecciones el PSOE (o no ganar pero gobernar Pedro Sánchez en coalición con Sumar), podría ser llamado a responsabilidades ministeriales. Cierto es que Fernández Vara ya fue en su momento candidato a ser ministro en dos ocasiones y que las rechazó, pero ahora el panorama es distinto. Caso de perder los comicios el PSOE como avanzan las encuestas y Pedro Sánchez tener que marcharse, Fernández Vara podría ser llamado a dirigir una hipotética gestora que impulsara el partido hasta la convocatoria de un congreso extraordinario donde elegir a un nuevo líder. El hecho de que el PSOE extremeño no haya aún elegido su senador por designación de la Asamblea, al igual que hizo el PP con Feijóo desde Galicia, hace pensar que espera acontecimientos y el desenlace de las generales.

Los populares se disponen a vivir un momento dulce, un periodo que supondrá afianzar a una líder

Mientras tanto, los socialistas extremeños quedan un tanto huérfanos. Algunos ya asumen sin disimulo que Extremadura pierde un gran político, pero lo gana la política nacional. A la vuelta del verano, y en función de cómo vayan las cosas en Madrid, el PSOE regional tendrá que convocar un congreso que suponga la marcha efectiva de Guillermo Fernández Vara y la llegada de un nuevo líder. A los socialistas nunca le han gustado las bicefalias, por lo que practican la máxima de que, pasado el duelo, empieza la resurrección.

En Extremadura quedan por delante cuatro años de gobierno de la popular María Guardiola. Precisamente mañana toma posesión del cargo y, acto seguido, designará a su Ejecutivo. Es la cara y la cruz de la política o la vida misma, perder o ganar unas elecciones, coger poder lleno de felicidad o irte a la oposición y entrar en crisis. Los populares se disponen a vivir un momento dulce, un periodo que supondrá afianzar a una líder y armar un partido que les permita perdurar en el tiempo mucho más que una legislatura. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents