El primer impacto fue positivo: un gobierno más bien técnico, con profesionales independientes al frente. Un recurso que siempre da seriedad y buena imagen. El segundo paso ya es otra cosa. Es ahí donde se ha evidenciado el recolocamiento para mantener la calma en casa.
La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, eligió a un equipo de consejeros entre los que hay tres que no tienen carné del PP y una más que prácticamente se lo acaba de sacar. Al frente de Economía y Empleo, Turismo, Cultura y Portavocía, y Educación hay tres personas externas. Son Guillermo Santamaría, Victoria Bazaga y Mercedes Vaquero, respectivamente. Los tres son conocidos en la región por estar al frente de diversas entidades de distinta índole, pero no han hecho méritos dentro del partido. El cartel de forasteros lo completa la sanitaria Sara Durán García, que entró en política justo para la campaña de Guardiola y ya está a los mandos de Salud y Servicios Sociales, una de las consejerías más importantes del Ejecutivo autonómico y, en consecuencia, también de las más complejas.
Hasta ahí el equipo de los mejores formados más allá de las siglas. Evidentemente sus designaciones provocaron malestar entre quienes llevan toda la vida aguantando, tragando y brujuleando en el meollo de la formación para ser compensados en cuanto surge la oportunidad. Y qué oportunidad la de ahora. De nuevo la Junta en sus manos.
Faltaba pues la segunda parte, la de repartir puestos entre los de siempre para tener a algunos contentos (no siempre todos van a estarlo). Así, esta semana el DOE recoge los nombramientos de los directores y secretarios generales que ya forman parte del Ejecutivo de Guardiola. Y entre los elegidos irremediablemente han destacado varios nombres. Principalmente porque en otra vida, esa que vivieron cuando José Antonio Monago logró ocupar el asiento de presidente de Extremadura, tuvieron puestos de gran relevancia. O lo que es lo mismo, estuvieron en primera fila. Ahora se conforman con la segunda, pero bendita sea. ¿O no?
De este modo, quien fuera presidente de la Asamblea de Extremadura con Monago, Fernando Manzano, ahora ejercerá de secretario general de Interior, Emergencias y Protección Civil. Quien ocupara el cargo de consejero de Sanidad, Luis Alfonso Hernández Carrón, ahora se meterá en la secretaría general de Presupuestos y Financiación. Y quien ejerciera de consejero de Fomento, Víctor del Moral, ahora actuará de secretario general de Desarrollo Sostenible, Coordinación y Planificación Hídrica.
Se dice mucho eso de que en una consejería no importa tanto quién esté en primera línea sino el equipo que tiene detrás. Bueno, y viceversa en algunos casos.
Sea como sea, lo cierto es que los políticos valen para cualquier puesto. Quien sabe cómo manejar las listas de espera también entiende de deuda histórica. Por ejemplo. Lo curioso es que poquitos de ellos vuelven a un puesto de trabajo anterior, fuera de la política, cuando terminan en el cargo.
Pero no hay que inquietarse. El recolocamiento no se acaba de inventar en Extremadura. Lo hace cualquier partido, en cualquier lugar. Es parte del ADN de la política.
De ahí también las presiones para que Guardiola pactara lo antes posible con Vox para empezar el reparto entre quienes esperaban de brazos cruzados detrás de la puerta para recibir la llamada del millón.
Pero lo llamativo esta vez es que la presidenta se ha negado a que estos nuevos altos cargos tengan que explicar su currículum en la Asamblea y aguantar las preguntas de los grupos de la oposición. El argumento es que se quiere avanzar con los trámites y no detenerse en asuntos menores para empezar a trabajar por la región lo antes posible. Los demás partidos, que saben perfectamente de qué va esto, acusan al PP de falta de transparencia.
Lo cierto es que gracias a esa estrategia se ha evitado una evidente polémica en el Parlamento por los nombramientos en la consejería de Salud. Los nuevos gerentes del SES y el SEPAD, Jesús Vilés Piris y Estrella Ángeles Martínez Lavado, respectivamente, proceden del sector privado. Él de los seguros médicos, ella de las residencias. La gestión de las listas de espera y la saturación de los centros de salud, así como la atención a los mayores y la dependencia estarán en manos de quienes tienen experiencia en la rentabilidad.
Guardiola dijo en su discurso de toma de posesión, entre otras cosas, que quería una Junta de Extremadura de puertas y ventanas abiertas. Que cada cual interprete hacia dónde giran la bisagras.
*Periodista