El Periódico Extremadura

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Daniel Salgado

Es decir

Daniel Salgado

Las futbolistas españolas han ganado el Mundial

Salvo zafio (y seguramente también esté dicho), no debe de faltar ningún adjetivo para calificar al presidente o expresidente del fútbol español, o para descalificarle, mejor. Y el más acertado, por no ser estrictamente un insulto,es el que considera obscena la pregunta “¿Un piquito?” (vomitiva por el tono, según Manu Pérez). Se comprenderá, entonces, que no haya mucho más que decir.

Dos preguntas, si acaso. ¿Cómo supieron los medios de comunicación que iba a dimitir? Era tal la seguridad de que iba a hacerlo (la seguridad o la credulidad, por lo que la fuente debía de ser importante) queemisoras, televisiones y periódicos abrieron con la noticia no ya el día que presumiblemente iba a dimitir sino incluso el día anterior. A ver si la confidencia (falsa, pero que alguien debió deslizar) fue el revulsivo para que decidiera que no. Y hasta cinco veces no, consciente de que replicaba.

Y ¿quiénes aplaudieron esa decisión, y por qué, si los que asistieron a la asamblea sabían que se trataba de una asamblea extraordinaria, y que era extraordinaria precisamente porque iba a anunciar su dimisión? Puesto que los aplausos fueron como fueron, ¿cabe la posibilidad de un acto perplejo (más que reflejo) por lo extraordinario, realmenteextraordinario (fuera del guion),de que anunciara lo contrario? No parece que pueda interpretarse de otro modo, hasta ver qué dicen los psicólogos.

Luego está la sorpresa. La sorpresa se entiende en el caso de los medios de comunicación, debido a la que la realidad les habría estropeado la noticia, ese principio periodístico que el periodismo desmiente cada día. Se entiende en el caso de los medios de comunicación, la sorpresa, como se entendería la suerte de represalia queal parecer estarían ejecutando algunos ahora al mantener la noticia en prime time, sea recabando la opinión de los medios internacionales, por ejemplo, o recordando que quienes primero aplaudieron y luego repudiaron no mencionan a la chica, Jenni Hermoso.

Pero ahí debería acabar la sorpresa. ¿Sorprende alguien que ofrece dinero en público, no importa a quién ni cuánto (al entrenador, medio millón)? No es necesario más para saber de quién se trata. Es la clase de persona que organiza “una fiesta con 8 o 10 chicas jóvenes” para su equipo directivo y, cuando un juez le pide explicaciones,devuelve el dinero alegando que fue “una reunión interna de trabajo”, o la misma que amaña una comisión millonaria para la celebración de un importante evento deportivo español en Arabia y se jacta:“Geri, enhorabuena. Y no me refiero ni al partidazo de ayer ni a tu gol. Ya son más de las 12 y ya es firme el acuerdo con Arabia Saudí”?

No hacen falta expertos en conductahumana ni en moralidad. Basta la opinión de Anatole France: “Prefiero un malvado a un tonto, porque el tonto no descansa”. En efecto. A partir de ahí, todo tiene una explicación, ya sea el viaje a Nueva York con una pintora mexicana, “viaje institucional, en busca de ingresos”, ya sea el alquiler de un piso en Madrid por 3.100 euros mensuales o la dotación de 100.000 euros a cada una de las federaciones territoriales de fútbol con el fin de “profesionalizar su gestión”.

Aunque propio de naturalezas así, le faltaba la zafiedadpara mostrarse al completo. Y, para que entendiera en qué consiste la zafiedad, a la jugadora Hermoso le habría bastado con agarrarle de los testículos y plantarle un beso en la frente.

*Funcionario

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