El Periódico Extremadura

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Jero Díaz Galán

lluvia fina

Jero Díaz Galán

Periodista

Trampas al solitario

El panorama el panorama que se presenta es más que complicado, es tan enrevesado y retorcido que se podría definir incluso como diabólico

Trampas al solitario . Eduardo Parra

No me acostumbro a la falta de ética en la que todo vale precisamente porque se dejan a un lado los valores. Es por ello que me han escandalizado tanto las llamadas al transfuguismo, es decir a la corrupción política, hechas desde el PP, sin ningún tipo de pudor, ante la investidura fallida consumada esta semana por Alberto Núñez Feijóo, que ha hecho perder un mes al país al saber a las claras de antemano que le era imposible conformar una mayoría para gobernar. 

Para demostrar la esquizofrenia discursiva a la que a diario nos vemos sometidos los periodistas, basta recordar que apenas dos meses antes la actual presidenta extremeña, María Guardiola, ponía el grito en el cielo ante el tremendo fraude que para ella, en las mismas circunstancias que ha tenido Feijóo, suponía que el socialista Guillermo Fernández Vara intentara ir a una investidura en la comunidad autónoma sin contar con los apoyos necesarios.

Me pregunto cómo se hubiera tomado Guardiola esos mismos llamamientos al transfuguismo que los suyos han hecho en España si la llamada se hubiera producido en Extremadura, para poner aquí un veto «en conciencia» a un gobierno con la extrema derecha, esa que, según su propia arenga, tira a la basura los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI o deshumaniza a los inmigrantes.

No se puede disfrazar como un llamamiento, en este caso preventivo, a votar «en conciencia» contra una hipotética amnistía en Cataluña cuando de lo que se trataba era de  retorcer los resultados electorales y conformar una mayoría que nada hubiera tenido que ver con lo votado por los españoles el pasado 23 de julio.  

Me escandaliza pensar, en ese sentido, que quien desmuestra tener tan poco respeto por la democracia pudiera incluso llegado a sopesar el pago a traidores, si hubiera habido candidatos a ello, en lo que hubiera supuesto una nueva reedición del «tamayazo» que derivó en 2003 en la repetición de elecciones y el triunfo de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid. 

Estos tiempos de polarización y de insultos son también tiempos de eufemismos y excusas en los que a la mentira o al engaño urdido se le llama postverdad y las deslealtades se presentan como meros cambios de opinión para conseguir un objetivo.

En este todo vale sin valores, ya estamos acostumbrados a que los políticos incumplan la palabra dada con la simple justificación de que lo hacen por responsabilidad cuando lo más lógico y lo más decente sería que, quien aspira a gobernar, simplemente no se comprometiera a aquello que no puede cumplir, en lo que sería un mero ejercicio de honestidad y coherencia responsable y de respeto a la ciudadanía.

Me pregunto cómo se hubiera tomado Guardiola esos mismos llamamientos al transfuguismo

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Es curioso que en este todo vale se hagan alegatos a favor de una moral tan contundente como falsa y así, en su investidura definitiva como jefe de las oposición, Feijóo se atreva a presentarse como una suerte de adalid de la integridad que renuncia al poder por principios cuando la tozuda realidad es que simple y llanamente no suma, o mejor dicho, sí suma, pero no lo suficiente para poder gobernar, porque ha elegido ir de la mano de Santiago Abascal.  

En democracia son importantes los tiempos y las formas. Por ello, han sobrado también las convocatorias a la ciudadanía para protestar en medio de un proceso de investidura o los llamamientos extemporáneos a una nueva convocatoria electoral.

De la misma forma, tampoco se puede aplaudir el golpe de efecto del presidente en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, de encargar al exalcalde de Valladolid Óscar Puente dar la réplica a Núñez Feijóo, ponerlo frente al espejo, en lo que en realidad ha sido un ejercicio descarado de ninguneo total al candidato a la investidura designado por el jefe del Estado. 

Tras estas primeras embestidas ya en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, el reloj de la democracia, como dirían pomposamente algunos, corre hacia la investidura de Sánchez o hacia nuevas elecciones.

En ambos casos, con dos bloques casi empatados y completamente enfrentados, el panorama que se presenta es más que complicado, es tan enrevesado y retorcido que se podría definir incluso como diabólico.

Por ello, para no echar más leña al fuego en el que se queman los valores de una clase política desesperada e incapaz de avenirse, sería conveniente tener claro al menos nuestras reglas del juego y no olvidar nunca que en el sistema parlamentario español es presidente del gobierno quien sea capaz de entenderse con otros y sumar una mayoría. Lo contrario es, nunca mejor dicho, hacerse trampas al solitario y pretender engañar con ellas.

*Periodista

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