El Periódico Extremadura

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Mario Martín Gijón

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Investir vs embestir

Protestas en Ferraz Efe

Finalmente, cuatro meses después de las elecciones generales, Pedro Sánchez fue investido presidente del gobierno, con 179 votos a favor y 171 en contra, sin ninguna abstención. Después de unas larguísimas negociaciones, el presidente logró el apoyo de casi todos los partidos, quedando enfrente PP y Vox, más la anecdótica UPN.

Un acuerdo entre partidos muy distintos y que compiten en algunos casos encarnizadamente, como Junts y Esquerra, unidos también por el pegamento de lo que tienen enfrente: una derecha faltona, que no acepta la derrota ni guarda las formas, y que ni siquiera se distancia, o lo hace con la boca pequeña y justificándolas en parte, de las algaradas violentas y hasta los ataques como el que sufrió el pobre Herminio Sancho, diputado socialista de Teruel, que recibió un huevo en la cabeza, en un ataque que sufrieron él y otros tres diputados socialistas en una cafetería, y cuyos rostros, a pesar de que no fueran tan conocidos, eran fáciles de reconocer, pues el PP había difundido todos los perfiles de los diputados socialistas en una repugnante campaña titulada “todo por la silla”, señalándolos casi como en otros tiempos hacía Herri Batasuna con los cargos populares y socialistas en el País Vasco. Esa campaña la he visto suscrita incluso por algún poeta que conozco, en sus versos y crítica sensible y sutil, y me ha llamado la atención cómo algunos, cuando se trata de política, pierden totalmente los papeles y se ponen al nivel de la fachusma más vociferante. Se empieza arrojando huevos y no se sabe dónde se terminará, sobre todo cuando uno ve la virulencia de las redes sociales, donde algunos desean que Sánchez termine «como Kennedy», o que vaya a prisión.

Me cuenta un amigo que su madre, de ochenta y tantos años, está asustada ante esa beligerancia de la derecha, y tiene miedo de una nueva guerra civil. No llegará la sangre al río, esperemos, pero la permisividad con los violentos nunca ha llevado a nada bueno

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Me cuenta un amigo que su madre, de ochenta y tantos años, está asustada ante esa beligerancia de la derecha, y tiene miedo de una nueva guerra civil. No llegará la sangre al río, esperemos, pero la permisividad con los violentos nunca ha llevado a nada bueno. Pedro Sánchez ha demostrado ser un líder osado, que no ha dudado en tomar decisiones arriesgadas, todo lo contrario de Rajoy, que pensaba que los problemas se resolvían por sí solos, y así le declararon la independencia y se encontró con la mayor crisis institucional en muchos años.

La prensa internacional, salvo la muy derechista, aplaude el intento de encauzar las aguas y el perdón de los pecados de los independentistas. Los próximos años dirán si esto apacigua los ánimos o da nuevo oxígeno a unos partidos que parecían en horas bajas pero que, no nos engañemos, no van a dejar de existir de un día para otro (salvo que los ilegalizaran, como pide ahora Vox; es curioso, nadie se plantea ilegalizarlos a ellos, una cuestión que sí está desde hace años sobre la mesa en Alemania respecto a la extrema derecha). De momento, como contaban los extremeños emigrados a Cataluña entrevistados en este periódico hace unos días, la situación allí está muy tranquila, cada uno sigue teniendo sus ideas, pero no se sacan a relucir ni suscitan confrontación como hace unos años.

Sería muy ingenuo esperar que la derecha reculara en su curso de confrontación a corto plazo, aunque sería lo lógico si de verdad fueran patriotas. Qué clase de patriotas, se pregunta uno cuando ve, entre los gritones que se congregan en Ferraz, tantas banderas con el escudo constitucional recortado, o con el aguilucho franquista ondeando al viento. Como me decía el otro día un amigo, que se considera «liberal», pero que por su origen extranjero ve las cosas con más distancia, el problema del PP es que no tiene una alternativa que ofrecer a España, más allá del antisanchismo. De todos modos, que se calmen: los suyos gobiernan en casi todas las autonomías, en algunas incluso sin haber ganado las elecciones.

* Escritor

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