Juan Ramón Santos se descubrió un día "cansado" de las novelas juveniles actuales, a las que achaca "mucha moralina", y que llevan "al extremo" argumentos "demasiado exóticos".

Le pareció que incluso "faltaban al respeto al lector joven, a quien está iniciándose en la lectura", debido a que "la trama es enrevesada y en muchos casos hace aguas". Lejos de resignarse, se preguntó qué haría él.

Fruto de esa cuestión es su última obra, El tesoro de la isla , un juego de palabras con la conocida obra de Robert Louis Stevenson La isla del tesoro , y que, junto a otras como Robinson Crusoe o Los viajes de Gulliver , formaban el compendio de novelas que durante su juventud se consideraban adecuadas para su edad, "aunque cuando fueron escritas no se concibieran para nada como literatura juvenil".

La similitud con dichas obras no se limita al título, sino que es, según su propia opinión, un "homenaje" a esas historias, un relato acerca del devenir de "un chico de ciudad que despierta a la lectura y a la edad adulta", resume sobre este trabajo que nació como "novela juvenil para adultos" pero que ha derivado en una obra "más amplia".

En este escrito, que presentará el también director del teatro Alkázar oficialmente mañana a las 20.30 horas en la Sala Verdugo con el respaldo del también escritor Gonzalo Hidalgo Bayal, Juan Ramón Santos ha querido reflejar "algo que conociera, de lo que supiera bien", lo que le llevó a ambientar El tesoro de la isla en los años 80 de "un pueblo de los alrededores" de la ciudad ficticia que creó en su primera novela, Biblia apócrifa de Aracia .

"Resulta cómodo escribir en un territorio que ya has creado", explica el autor, quien adelanta que El tesoro de la isla contiene "guiños a obras anteriores" suyas. Además, pretende volver a Aracia, ya que admite que le gustaría enclavar allí "historias románticas, policiacas...". Actualmente trabaja en una "novela de ciencia ficción rural" que está reescribiendo.