¿Será el 2021 el año del impulso a la obra de conversión de los pabellones militares en residencia de mayores? Es lo que se preguntan los placentinos, que llevan prácticamente un año sin ver ningún movimiento en el proyecto con mayor dotación presupuestaria de los financiados con fondos europeos.

Los andamios perennes, la vegetación que cree salvaje, los pájaros que cada tarde se posan sobre la enorme grúa... Es el día de la marmota de una obra muy necesaria debido a la población mayor de Plasencia y a la lista de espera que acumulan el resto de residencias de la ciudad.

Primero, la baja temeraria que recibió el visto bueno de los técnicos y dejó la inversión en 3,2 millones de euros y, después, los retrasos, la polémica por el mantenimiento de los 15 puestos de trabajo de parados de larga duración comprometidos por la empresa JOCA y el retraso en el cierre de las cubiertas.

Esto ha conllevado una sanción de 54.000 euros y ha hecho que un proyecto que comenzó en diciembre del 2018 y debería haber concluido a mediados del 2020 esté, según los datos municipales, al 30% y falten tres millones de euros por ejecutar.

No obstante, el alcalde, Fernando Pizarro, calcula que le queda un año e incluso un año y medio de obras, es decir, el mismo plazo de ejecución con el que salió a licitación. Porque el modificado del proyecto que solicitó la empresa, por unos 320.000 euros y rechazó de nuevo un informe técnico municipal tuvo después el respaldo del Colegio Oficial de Arquitectos de la provincia de Cáceres.

La respuesta del colegio llegó en junio y ese mes se aprobó en pleno la realización del modificado, que añadirá más obras a las previstas. Los técnicos llevan tiempo revisándolo y, entre tanto, el ayuntamiento ha contratado a un arquitecto que se hará cargo de la dirección facultativa de la obra.

El alcalde ha señalado que, si todo va bien, espera aprobar el modificado en el pleno de enero para «retomar la actividad» y confía en tener la residencia en el 2022.