Vecinos con tiempo libre y, sobre todo, mucha generosidad, que han decidido ayudar a otros en estos tiempos de covid en que lo mejor es quedarse en casa, sobre todo si eres población de riesgo. Son los voluntarios del nuevo servicio de ayuda al vecino que ha puesto en marcha la asociación vecinal de San Juan de Plasencia.

Si durante el confinamiento, destacó el trabajo de quienes realizaron mascarillas, de Protección Civil, que entregó este y otros productos y otras oenegés, ahora en San Juan la solidaridad la practican los propios vecinos.

Como Marisol Redondo que, con 71 años, es uno de los cuatro voluntarios con los que la asociación vecinal ha puesto en marcha esta iniciativa.

Marisol no vive en San Juan, pero sus amigas sí y acude al barrio cada año para ayudar «con las fallas, en Carnavales, con la matanza. Igual que he ido a una cosa, ahora he decidido apuntarme porque hay que estar a las duras y a las maduras y nunca sabemos lo que vamos a necesitar», explica.

Hasta el momento, ha hecho pocos servicios y todos relacionados con recoger alimentos para llevárselos a algún vecino.

El modus operandi consiste en que una persona que necesita que le lleven comida a casa o medicamentos o realizar alguna gestión en el ayuntamiento u otra entidad, llama a la presidenta vecinal, Dolores Marín y esta contacta con los voluntarios para ver cuál podría prestar la ayuda. En el caso de los alimentos, la propia presidenta los compra. «Ella me da la bolsa con la comida y yo la llevo al piso del vecino, pero no entro», señala Marisol.

La asociación ha distribuido carteles en todos los portales del barrio para informar al vecindario de la posibilidad de solicitar este servicio y los voluntarios solo tienen que contactar con ella en el teléfono 628 783 281, rellenar una solicitud y entregar la fotocopia del DNI.

A cambio, reciben una identificación y, en cada servicio, al destinatario le avisan de qué persona va a realizarlo. Una vez finalizado, este lo comunica a la asociación y queda registrado en una base de datos.

«Yo estoy jubilada, tengo todo el tiempo del mundo y echar una mano, ayudar a los demás, siempre es bonito», subraya Marisol con satisfacción.