Mercedes Colmenero se puso tan nerviosa al conocer el viernes que ayer se sorteaban 22 viviendas sociales en Plasencia y ella estaba la primera de la lista que se puso de parto y dio a luz a su séptimo hijo, una niña. Le quedaba una semana para ir al hospital, pero a sus 31 años, en tres días ha tenido un bebé y una casa que puede ser para toda la vida: «Me ha tocado la lotería, el Gordo», señalaba ayer.

Esperaba que la papeleta que sacó fuera la de otra vivienda de las dos para familias numerosas que se sorteaban, pero aún así estaba contenta porque, tras haber vivido de ocupa varios años y en varias ocasiones, ahora vivirá de forma legal y pagará a la Junta un alquiler social, en función del número de metros de la casa, nivel de renta, unidad familiar y otros aspectos.

La vivienda que ella quería, en Pablo Iglesias, le tocó a María Eugenia de la Torre, también con siete hijos y separaba que hasta ahora vivía de alquiler en una casa que le pagaba su padre y es autónoma.

La adjudicación le ha dado «tranquilidad» puesto que se trata de una vivienda «para toda la vida» y que incluso se puede subrogar a los hijos, según explicó ayer la responsable de los Servicios Sociales de la Junta, que estuvo presente en el sorteo.

Pero, aunque 22 familias obtuvieron ayer una vivienda, el resultado de la suerte, de sus propias manos inocentes, no fue satisfactorio para todos.

María Isabel Mudarra, de 35 años y con dos hijos menores, se echó a llorar desconsoladamente nada más conocer que le había tocado un piso alejado de sus padres, con los que ha vivido hasta ahora. Porque su padre tiene discapacidad física y necesita atención las 24 horas. «Esto es un trastorno grande. Ahora no le voy a poder escuchar si se cae y ya se ha caído dos veces». Su madre tiene principio de alzhéimer y no puede hacerse cargo de él y ya han solicitado la ayuda a la dependencia, pero aún no la tienen.

Peticiones de cambio

Por eso, su deseo era cambiar la vivienda, como el de otros muchos adjudicatarios, que preguntaron por esta posibilidad a la concejala de Servicios Sociales, Flor Conejero y a los miembros de la comisión local de vivienda.

Sin embargo, la responsable de Servicios Sociales de la Junta fue clara al señalar que, en virtud del decreto que rige estos procesos, no es posible el cambio salvo por circunstancias muy excepcionales, como una reducción de movilidad o ampliación de familia.

El proceso para adjudicar estas viviendas se abrió en septiembre del 2018 proceso para adjudicar estas viviendas se abrió en septiembre del 2018y ahora, casi dos años y medio después, 22 familias saben cuál será su casa, aunque también ahora la Junta tendrá que enviar los contratos y las llaves para que los firmen y se les entreguen.

Otras 70 familias han quedado en lista de espera y, a medida que se vayan acondicionando pisos, se irán adjudicando.