Hoy, 21 de marzo, es tu Día. Propuesto por la UNESCO con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo. Sin duda el mejor reconocimiento.

Desde el sumerio Poema de Gilgamesh, pasando por el de Safo (décima musa para Platón), Homero y la Poética de Aristóteles, siguiendo con los de los sempiternos (por nombrar solo algunos) Quevedo, Lope de Vega, R. de Castro, C. Coronado, Lorca…, hasta llegar a los nuestros, que también tenemos, P.Canelo, A.Garrido, Á.Valverde o Á. Chico, inspirados por tus musas Calíope, Clío, Erató, Terpsícore y otras terrenales, tu complejo y maravilloso arte nos ha acompañado y seguirá acompañándonos ayer, hoy y siempre.

Estás en la esencia de todo, lo visible y lo invisible, lo bueno y lo malo, lo vivo y lo muerto… y para admirarte solo es necesaria la mirada de quienes saben ver con otros ojos, hallarte y hacerte llegar al resto a través de esa maestría artesana capaz de evocar sentimientos, sin necesidad de premios. ¿Quién puede resistir impávido la lectura de un buen poema, de un solo verso? Es tal tu fuerza, que nos tocas el alma provocando el más profundo de los sentimientos y en un intento de retenerte, tratamos de recordarte para que vuelvas a pasar por nuestro corazón, cuando te necesitemos.

Centrifugados, el encuentro literario que sabiamente organiza J. M. Cumbreño, te devolvió tu lugar en nuestras vidas y trató de poner al día a quienes te habíamos dejado un poco de lado, perdidos entre la ingente cantidad de obras publicadas. Lástima que te fueras cuando la neblina burocrática oscureció la buena luz que nos brindabas.

Puede que esa sea la más ardua tarea que hemos de enfrentar hoy, cuando la información que nos llega es tan abundante como efímera y debamos contribuir a que la calidad poética se distinga, e impedir que cualquier poemario colme el triste afán protagonístico de algunos, como supo ver Lord Byron cuando escribió que «Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada».

Es responsabilidad de la sociedad en general reivindicar que se cumplan los objetivos para los que se creó este día, darle su espacio, no solo en nuestras estanterías y promover su divulgación entre los más jóvenes, para que cuando alguien les pregunte: ¿Qué es poesía? Respondan: «…poesía… eres tú».

¡Feliz Día, Poesía!