Por segundo año consecutivo, Plasencia va a perder, «al 100%, su temporada alta», que comienza con los previos de la fiesta del Cerezo en Flor, pasando por la Semana Santa y terminando en torno al mes de mayo. En cantidad económica, el alcalde, Fernando Pizarro, calcula que la ciudad perderá «más de 3 millones de euros», que será lo que dejarán de ganar hoteles, restaurantes, bares, tiendas de servicios, guías turísticos, agencias de viajes y otros.

El motivo son «las restricciones por el covid», sobre todo las relacionadas con la llegada de visitantes, como los cierres perimetrales de las comunidades y también «la restricción de cuatro personas máximo por alojamiento. Eso nos hace mucho daño», explica el presidente de la Asociación de Alojamientos y Turismo de Plasencia, Altup, Teo Magdaleno.

Pizarro señala que «para muchos negocios de la ciudad, esta temporada que va de mediados de marzo a principios de mayo supone entre el 60% y el 70% de su beneficio anual».

Magdaleno apunta a su vez que los cierres perimetrales supondrán una pérdida de entre «el 80% y el 90% de facturación» en los servicios relacionados con el turismo.

Así, según sus cálculos, los grandes hoteles pueden llegar a perder de 10.000 a 14.000 mensuales; los pequeños y las agencias de viajes, de 3.000 a 5.000 y los guías turísticos, entre 800 y 1.000.

Porque sí es cierto que hay movimiento de personas de la provincia de Badajoz a Cáceres, pero «se nota que el cliente de Madrid no puede venir y supone más del 80% de nuestros clientes».

También señala que el turista extremeño no consume como el madrileño y que el aforo limitado en los alojamientos está llevando a que «la gente se vaya a fincas privadas o segundas viviendas».

En cuanto a los datos de reservas, para Semana Santa, han pasado de llegar al 90% a quedarse entre un 15% y un 20% debido a las medidas por el covid.