María Isabel López ha vivido tan de cerca el covid que no dudó en ofrecerse voluntaria para participar en las vacunaciones tras jubilarse. Su marido estuvo un mes en la UCI con covid, finalmente se recuperó y ella puso toda su experiencia como enfermera en el hospital Virgen del Puerto y el centro de salud Luis de Toro al servicio de placentinos y comarcanos para frenar al virus.

-¿Por qué decide presentarse voluntaria para vacunar? 

-Yo cogí el covid en octubre, en un domicilio. Contagié a mi marido y él ha estado muy mal, intubado. Entonces vi la agresividad del covid y quería ayudar para eliminar esta pandemia tan horrorosa.

-¿Cuál es su función en el ferial?

-Empezamos preparando jeringas, vacunas... En principio, poníamos las mesas y sillas también y ya lo tenemos organizado. Además, cuando están citados, vemos los registros porque todos los vacunados tienen que estar registrados para llevar un control. 

-¿Cómo está viviendo este momento de vacunación masiva?

-Con alegría y responsabilidad porque, aunque me haya jubilado, creo que tengo una edad buena para poder ayudar y, sobre todo, por haberlo visto tan cerca, que lo hemos pasado muy mal. Mi marido estuvo a punto de morir.

-Hay personas que se han quejado de que no les vacunaban, que a unos les tocaba y a otros no, ¿qué opina de estas quejas?

-Bueno, lo que ha pasado es que no teníamos suficientes vacunas, ahora vamos teniendo más, hemos tenido muy pocas y no podíamos, teníamos que llamar a la gente. Ahora también viene de forma libre, que es lo mejor porque es mucho más sencillo, pero tienen que cumplir el requisito de la fecha de nacimiento.

-¿Cómo ve la respuesta ciudadana ante la llamada a vacunarse?

-Nos encanta. La gente viene masivamente, muy contentos y con mucha emoción y alegría. Al principio, lloraban de emoción. También viene mucha gente con miedo y hay algunos que se marean por eso. Pero tenemos un equipo médico estupendo, con Esther, Conchita y cualquier médico que venga, son excepcionales y con problemas o dudas les llamamos y se resuelven y ya está, muy bien.

-Respecto a la polémica por el tipo de vacuna y AstraZeneca, ¿cómo lo ha vivido?

-Bueno, hemos tenido un poco de desconcierto con todo esto, pero bueno, ya se va resolviendo. Nosotros somos rigurosos en la edad, es decir, que se pone la vacuna que está indicada para cada edad, salvo excepciones. Por ejemplo, a una persona que le habían dado dos ictus se le ha cambiado la vacuna de Janssen a Pfizer después de hablar con el médico.

«Al principio no teníamos vacunas suficientes, ahora hay más; si tenemos, estamos a tope»

-¿Alguno de los miles de vacunados ha tenido reacción alérgica o de otro tipo?

-Alguno, pero poquito. Se han encontrado mal o se han mareado. A algunos les sube la tensión porque están nerviosos, pero shock anafiláctico no hemos tenido y no ha habido que llamar al 112. De todas formas, aquí tenemos de todo: desfibrilador, medicación...

-¿Alguna anécdota?

-Una vez, cuando pinchábamos en los coches, uno se estropeó y tuvimos que empujarlo entre todos. Otro día, venían dos señores en un R6 de un pueblo, los dos sordos y nos costó explicarles. Luego nos reímos de esas cosas.

-¿La gente está concienciada de que hay que vacunarse?

-Creo que sí, habrá algún negacionista, pero la gente viene y el que no se puede vacunar, se disgusta muchísimo. Les pedimos el teléfono y les llamamos cuando hay vacunas disponibles.

-¿Cree que el ritmo de vacunación va a seguir como hasta ahora?

-Espero que sí, e incluso si podemos, aumentarlo. Si tenemos vacunas, aquí estamos a tope.

"La gente viene muy contenta y alegre, al principio, lloraban de emoción"

-¿Tienen miedo a lo que pasará tras el fin del estado de alarma?

-Un poquito porque la gente está muy nerviosa. Pienso que no viene mal, sobre todo para la gente joven, pero espero que, gracias a la vacunación, vayamos saliendo de esto como estamos viendo en otros países. Tenemos la ilusión de poder vivir con normalidad de nuevo. Son más peligrosos los que no están vacunados y a los que sí lo están les decimos que sigan manteniendo las precauciones.

-Un mensaje para quien no se ha vacunado

-Les diría que ánimo, a vacunarse, que no duden para nada y que aquí estamos para intentar que esto pase.