Nunca antes, el Centro de Acogida Temporal de Cáritas Diocesana de Plasencia había tenido lista de espera. No es porque se haya multiplicado el número de personas sin hogar, que por otra parte, no cesan de llegar, sino por culpa del covid, ya que el virus obliga al acogido a permanecer en una habitación de aislamiento durante unos días y el centro solo dispone de una.

Porque, como explica Consuelo Izquierdo González, psicóloga del CAT, lo primero es hacer una PCR a la persona que demanda la acogida. Así, el trámite habitual es que entre en la habitación y "normalmente, al día siguiente se le hace una PCR". Solo cuando se recibe por escrito el resultado negativo puede abandonar la habitación y pasar al centro para hacer una vida normal.

Entonces, la habitación queda libre para un nuevo acogido. Según Izquierdo, debido a este protocolo, el máximo de personas que pueden acoger en una semana son dos, lo que supera la demanda. A fecha de este lunes, son 8 las personas en lista de espera. Previamente, se han apuntado, bien llamando por teléfono o bien acudiendo a la misma puerta del CAT, ubicado en La Data. "Les explicamos la situación y les dejamos apuntados. Cuando se libera la habitación, llamamos al primero de la lista y, si pueden, entran y, si no, pasamos al siguiente. Hay que tener en cuenta que su situación puede variar desde que le apuntamos hasta que le llamamos", explica.

20 plazas y 18 acogidos

De esta forma, actualmente el centro tiene a 18 personas acogidas de un total de 20 habitaciones disponibles. Desde que reabrió en el mes de mayo, han entrado seis personas nuevas y también han salido otras, a la segunda fase del proyecto Volver a ser –la primera es el CAT- o a una comunidad terapéutica.

Otra novedad que ha provocado el virus es que la mayoría de los acogidos llegan ya con al menos una dosis de la vacuna puesta. Eso o bien con una vacuna de una única dosis. "En uno o dos casos, no estaban vacunados y se llamó a Salud Pública para que les vacunaran y se les puso la primera dosis".

Los que llevaban más tiempo, así como el personal están todos vacunados. Fue el 21 de abril cuando recibieron la primera dosis, después de que en marzo se declarara un brote que afectó a parte de los residentes y del personal y que provocó el fallecimiento de una acogida. De ahí que el centro se cerrara temporalmente.