Un respiro de al menos seis meses es lo que han conseguido una treintena de vecinos de cuatro bloques de la calle Luis Vélez de Guevara de Plasencia, en el barrio del Pilar, para no tener que dejar las viviendas en las que viven de alquiler y que están en manos de la Sareb, el llamado banco malo, con participación estatal.

Una docena recibió cartas en las que se les informaba que este verano se terminaba el contrato y debían abandonarlas y entonces surgió la alarma. Los vecinos hablaron con el ayuntamiento, con la Junta, con abogados y están dispuestos a llevar su caso al Congreso. El alcalde dijo en el pleno que se había conseguido que las cartas no tuvieran validez y anuncio que «se va a analizar caso por caso, dando opción a que se adquiera la vivienda y estudiando los casos de vulnerabilidad».

Por parte de los afectados, señalan que se ha prorrogado el contrato "inicialmente seis meses", aunque «siete u ocho vecinos ya han abandonado las viviendas» y lo que el resto quiere es ir al justiprecio para que establezca un precio de compra justo.