La pandemia provocó la suspensión de la marcha rosa por el cáncer, la actividad solidaria más multitudinaria en Plasencia, pero la delegación local de la Asociación Oncológica Extremeña mantuvo el año pasado la recaudación de fondos y este año recuperará la venta de dorsales. Todo para que Plasencia, nuevamente, "se vista de rosa", en palabras de la edil de Deportes, Isa Blanco, porque la mayor parte de la recaudación irá a parar a un proyecto de investigación y "se necesita mucho apoyo", ha destacado la delegada, Lourdes Palomo.

Ambas han presentado este martes la actividad del mes rosa, octubre porque el 19 es el día del cáncer de mama, junto a otras mujeres y la imprenta Garcilaso, que hará los dorsales, en principio, una tirada de 4.000.

Costarán, como es habitual, 3 euros y se empezarán a vender desde este miércoles en unos 80 establecimientos, en principio de la zona centro (incluida la plaza de abastos), Vera-Elena y Miralvalle.

La idea, según ha explicado la delegada, es que la gente pasee por los caminos y paseos de la ciudad con el dorsal y se eche una foto para publicarla en sus redes sociales con el hastag #aoexrosa2021. La actividad está prevista para el mes de octubre y, cuando este termine, la delegación montará un vídeo con todas las imágenes.

Los dorsales también se venderán en su sede, situada en el recinto Valcorchero, frente al hospital y habrá además voluntarios con mesas durante los mercadillos de martes y viernes, a partir de esta semana para vender estos y otros productos.

Tanto la concejala como Palomo esperan que los placentinos se sigan volcando, sumados a los comarcanos y, de hecho, varios pueblos ya se han interesado en la compra de dorsales.

Radioterapia y efectos de la pandemia

Porque todo lo recaudado estará destinado a los pacientes, de todo tipo de cáncer, que esperan la puesta en marcha del nuevo acelerador para radioterapia, un proyecto que "ya está sobrepasado de plazo, pero ya es cuestión de tiempo porque el problema que había con las empresas licitantes se resolvió", apunta Palomo.

Mientras, la sede sigue abierta a enfermos y familiares, de hecho, solo cerró durante el confinamiento. Han retomado actividades y el préstamo de pelucas y esperan hacer lo mismo con su proyecto de batas moradas, voluntarios que acudían al centro de día junto a los pacientes. "Como esto está restringido, incluso a familiares, no se puede acceder. A ver si se reducen las restricciones y podemos volver porque el paciente lo necesita".

Más aún cuando, debido al covid, las consultas y pruebas se demoraron, lo que afectó a la detección precoz y los pacientes, "en lugar de llegar con estadios bajo de la enfermedad, llegaron con el 3 o el 4", lamenta.