Emprendedoras por convicción, para que sus hijas puedan estar en las mejores condiciones y progresar sin tener que marcharse de Plasencia. Porque, como sucede en muchas disciplinas deportivas, entrenar para la alta competición conlleva salir, incluso de la región. El club de gimnasia rítmica Nashira de Plasencia ha nacido para que esto no suceda y todo gracias al sacrificio, nervios y «quebraderos de cabeza» de once madres.

Elvira Hernández y Cristina Paniagua son la presidenta y secretaria de este club concebido como asociación sin ánimo de lucro y que no sería posible sin su entrenadora, Nazaret Santano, que forma parte también del equipo técnico del club Hadar de Cáceres

¿Por qué estas mujeres deciden pasar de llevar a sus hijas a entrenamientos y competiciones a gestionar un club? «Por mejorar las condiciones de entreno de las niñas, que necesitan mucho trabajo y horas de entrenamiento», explican.

Tantas como las doce semanales que entrenan en el pabellón que les ha cedido el IES Gabriel y Galán. Este fue uno de sus quebraderos, encontrar un lugar de entrenamiento. «Fuimos a hablar con el ayuntamiento, con la concejala de Deportes, que nos ha tratado muy bien, pero no tenían nada disponible».

Una imagen de alumnas de competición, con su entrenadora. TONI GUDIEL

Con el respaldo de la dirección del instituto vieron la luz, pero además, han tenido que asumir «mucho papeleo, pagos, ir a la gestoría, al notario...» 

También se han tenido que encargar de los trámites para federar a las niñas, de los protocolos covid, la gestión económica y de las imágenes y tendrán que estar pendientes de las subvenciones y, cuando salgan a competiciones, de los hoteles, dietas...

«Es una responsabilidad, lo que queremos es que todo salga bien, que las niñas estén tranquilas y que podamos pagarlo todo».

Por eso, han tenido que buscar apoyos económicos en empresas de la ciudad. Ya cuentan con una decena y agradecen toda ayuda que les pueda llegar. Un ejemplo, solo el tapiz de competición les ha costado 5.000 euros, un dinero que están adelantando las propias madres.

Cantera y competición

Reconocen que los primeros días de funcionamiento están siendo «complicados». Han arrancado las clases y entrenamientos con unas 40 niñas, divididas en tres grupos.

Su entrenadora explica que hay niñas en la escuela, en precompetición y en competición. La primera funciona como una actividad extraescolar, pero también para ir creando cantera, aunque Santano señala que se trata de que las niñas «se diviertan y conozcan la base de la gimnasia rítmica».

Hay dos alumnas en precompetición que tienen un nivel «más avanzado» y otras once en competición, que requiere un mayor esfuerzo y disciplina. Aquí despuntan Paula Esteban y Aitana Sánchez, que han quedado en los primeros puestos de campeonatos de España.

Su entrenadora tenía claro el cambio al nuevo club porque «son niñas que he hecho desde el principio y no las iba a dejar solas ni en manos de nadie que no fuese yo». Ahora están «muy tranquilas y haciendo lo que les gusta» y, si llegan nuevos éxitos, «mejor que mejor».