Un hombre de 49 años hacía el sábado la ruta de la Cervigona, en Acebo, con su hija de 15 años y su perra Luna cuando sufrió un accidente. Estaban en una zona sin cobertura y su hija tuvo que alejarse para encontrar señal en el móvil y llamar al 112. Bomberos, Guardia Civil y sanitarios acudieron para rescatarle y, no sin dificultad, lo hicieron, pero Luna, un mestizo de caniche y pequinés, se quedó en el monte, perdida.

Los vecinos de la zona la buscaron sin éxito, pero este martes ha podido volver a su familia gracias a la búsqueda altruista de dos bomberos del parque de Plasencia, dependiente de la Diputación de Cáceres, que aprovecharon que tenían libre la tarde del lunes para intentar encontrarla.

Miguel Ángel Álvarez cuenta que se enteró por un grupo de Facebook. Él conoce parte del terreno y le comentó la posibilidad de buscar a la perra a su compañero Jorge Cilleros, que había trabajado en el Infoex en el municipio de Hoyos, conoce la zona y había probado en alguna ocasión a descender el barranco, para estar preparado por si alguien se accidentaba en alguna ocasión. 

No lo dudaron, cogieron los neoprenos y las mochilas con el material de descenso de barrancos y salieron hacia el monte pasadas las cuatro de la tarde del lunes. Optaron por «ascender todo el barranco por una senda», lo que les llevó una hora y después, «bajar barranqueando».

No fue fácil porque, cuando aún no habían llegado abajo, la que llegó fue la oscuridad y además, se quedaron sin uno de los frontales de luz que llevaban. Pero escucharon ladridos y, aunque el eco hizo que se desviaran, volvieron a subir y de nuevo a bajar hasta que encontraron a Luna. 

En una poza, junto a un precipicio

«Estaba a 200 metros de donde encontraron al hombre, en la primera poza, con un precipicio a un lado y zona de pizarra resbaladiza por otro. No podía salir ni beber agua. Al principio me gruñó y cuando la cogí, intentó darme un bocado, pero luego empezó a lamerme», cuenta Jorge.

Cinco horas y media después, terminaba la travesía con un final feliz. Jorge no duda de que, tras dos días en el monte, «el tiempo jugaba en contra del perro» y fueron su salvación porque explica que en esa zona hay «meloncillos, zorros y tejones y un perro tan pequeño es una presa fácil».

La perra pasó la noche con ellos, en casa de Jorge y el martes, pudieron contactar con su dueña, que acudió al parque de bomberos y se la devolvieron.

«La mujer estaba muy agradecida porque, dentro de la desgracia, al menos han podido recuperar a su perra». Ellos, por su parte, se muestran satisfechos por haber conseguido rescatar al animal, sobre todo después de las dificultades por las que pasaron. De hecho, cuentan que habían avisado a toda la familia y compañeros del parque de bomberos de dónde estaban y lo que iban a hacer, por si acaso les pasaba algo y no podían regresar, ya que, al no haber cobertura, no podrían comunicarse.

Jorge destaca que se animaron a hacerlo por amor a los animales y al barranquismo y la escalada. «Ha sido una actuación complementaria a la que hicieron los compañeros de Coria», los sanitarios y la Guardia Civil, destacan.

Por su parte, la dueña de Luna está agradecida, como también a «todos los equipos que intervinieron en el rescate» de su marido, que continúa en la UCI del Hospital Universitario de Cáceres. Pero lo que subraya es que su marido está vivo gracias a su hija, «que estaba con él, por saber auxiliarlo y buscar ayuda, no dudó en ningún momento en todo lo que tenía que hacer».