El número de cesáreas practicadas en el hospital Virgen del Puerto de Plasencia apenas se ha reducido durante el año pasado. Si en el año 2020, el dato que dio la Consejería de Sanidad fue que se habían realizado en un 45% de los partos, en el 2021, se practicaron en un 44,39% de los partos, que fueron un total de 642, cinco de ellos múltiples, es decir, solo un 0,61% de reducción de cesáreas. Estas cifras doblan la media nacional, que según los últimos datos es del 21,8% y casi triplican las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que la cifran en un 15% de partos.

Se da la circunstancia de que, hace justo un año, hubo una denuncia pública por este elevado número de cesáreas y la Gerencia del área de salud anunció la intención de «crear un grupo de trabajo específico para abordar esta cuestión, que hará un análisis de situación y planteará las medidas correctoras necesarias».

Según afirma la Consejería de Sanidad, «el protocolo se está aplicando», sin embargo, según la asociación placentina para la crianza respetuosa Amamar, no.

Su presidenta, Tamara Trancón, señala que «existe una estrategia aprobada por el Ministerio de Sanidad y por el Servicio Extremeño de Salud» en el año 2007 y, además, en el 2013 se aprobó una Estrategia de atención al parto normal en el servicio extremeño de salud, obra de Pedro Santos y Miriam Al-Adib, que «no se aplican», afirma.

«Nosotros pedimos que el manejo durante el embarazo y el parto cambiara para que llevara a una reducción del número de cesáreas como marca la OMS», explica Trancón. 

Partos instrumentalizados

Lo que según ella sucede ahora en el Virgen del Puerto es que «se atiende a las mujeres con una medicina muy instrumentalizada, muy defensiva, que al final lleva a la cesárea o al parto instrumental». No está en contra de las cesáreas porque defiende que, «si se tiene que hacer, se hace», pero asegura que el hospital continúa utilizando «protocolos obsoletos, en los que los ginecólogos meten prisa y lo que quieren es acelerar el parto y no dejar a la mujer muchas horas dilatando. Utilizan la oxitocina o recurren a la episiotomía, cuando hay unos protocolos que dicen que una mujer puede tardar dos horas en dilatar y otra nueve».

Además, considera que falta información. «Te dicen, vamos a hacerte esto, vamos a hacerte lo otro, pero no hay un consentimiento informado». Por todo, asegura que «las mujeres de Plasencia tienen mucho miedo al parto, están cagadas de miedo y por eso muchas piden de forma voluntaria una cesárea programada y también hay mucho turismo obstétrico. Eso es debido a la mala atención».

No obstante, quiere romper una lanza en favor de las matronas porque señala que ha llegado un grupo que «está trabajando desde el verano de forma espectacular. Las mujeres se sienten muy acompañadas y respetadas».