Cáceres acaba de estrenar el único juzgado de violencia de género de la provincia y el pleno del Ayuntamiento de Plasencia acaba de aprobar por unanimidad la solicitud de que se cree otro en Plasencia «con posible jurisdicción en todo el norte de la provincia».

Los motivos que esgrime son varios. Uno es que obligará a desplazarse para los juicios a mujeres que pueden llegar a vivir hasta a 150 kilómetros de la capital cacereña, 300 si se suman la ida y la vuelta. Además, no hay transportes públicos directos desde muchas poblaciones del norte a Cáceres, lo que obligará a muchas mujeres sin transporte propio a realizar transbordos, con lo que el viaje se alargará aún más.

A esto habría que sumar la duración mínima de los juicios, de dos a tres horas, si no se suspenden y se convoca una nueva sesión, lo que conllevaría nuevos desplazamientos y, las mujeres con hijos pequeños tendrían también problemas para conciliar.

Según la moción aprobada en el pleno, que se va a trasladar a la Junta, el TSJEx, el Fiscal Superior de Extremadura, el Ministerio de Justicia y el CGPJ, «la consecuencia de todo esto será que la mujer estará más desprotegida y un gran número desistirá de denunciar por los graves trastornos que la celebración del juicio les causará. Al final, resultará que se le causará una indefensión, y no estará suficientemente protegida».

El abogado y profesor de la UEx José Antonio Vega Vega presentó en el Consejo Económico y Social esta petición, que fue aprobada y trasladada al pleno para que también la aprobara y solicitara un juzgado de violencia de género en Plasencia para evitar los traslados de todas las víctimas de la ciudad y de los municipios de la zona norte de la provincia.