El Periódico Extremadura

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SESIÓN ORDINARIA DEL PLENO

Plasencia trabaja en una ordenanza para atajar los ruidos

Ha preguntado a la Policía Local y Nacional qué aspectos podría regular

Un vecino de pisos gestionados por la Sareb se dirige al pleno.

Plasencia no tiene una norma municipal que regule los ruidos, como sí la tienen Cáceres, Mérida o Badajoz, pero el ayuntamiento está preparando una ordenanza al respecto «que regule aspectos propios de esta ciudad, que no es fácil», según ha señalado en el pleno el alcalde, Fernando Pizarro.

A preguntas del concejal del PSOE Blas Martínez, el alcalde ha explicado que se ha solicitado a la Policía Local «que nos traslade qué aspectos podría regular, que después tendrían que estudiar los servicios jurídicos» y también ha transmitido esta cuestión a la Policía Nacional.

Una vez que el gobierno local cuente con un «documento base» para trabajar, lo compartirá con los grupos de la oposición para consensuarla. De momento, aproximadamente cada mes se reúne en el ayuntamiento una comisión que estudia la situación de los ruidos y el ocio nocturno en la ciudad en base a la Ley de espectáculos públicos y la Ley de convivencia y ocio de la Junta.

Este ha sido uno de los temas tratados en el pleno municipal, en que se ha aprobado una modificación de la ordenanza fiscal que regula la plusvalía, que supondrá una reducción de ingresos de unos 300.000 euros anuales para el ayuntamiento, que sin embargo este año se ahorrará «dos millones de euros» en el pago de deuda, como ha destacado el edil de Hacienda, José Antonio Hernández.

Intervención vecinal en el pleno por pisos de la Sareb

También se ha dado el visto bueno al traslado del mercadillo al ferial, con el voto a favor de PP y Ciudadanos y un vecino del Pilar, Blas Iglesias, ha hablado en el pleno en representación de los vecinos de los pisos de la calle Luis Vélez de Guevara, propiedad de la Sareb, para pedir al ayuntamiento que haga de intermediaria con la entidad para que puedan prorrogar los contratos de alquiler de sus viviendas o se les plantee un precio de compra «actualizado y justo».

Los vecinos han vivido un «vía crucis» desde que la Sareb se hizo cargo de las viviendas y señalan que hay familias con «proyectos de vida» frustrados ante la posibilidad de que les echen. 

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