Está claro que es imposible saber de todo. Lo que ocurre es que la repercusión de ello, tanto positiva como negativa, no es la misma dependiendo de la persona, las circunstancias, el tema y un sinfín de variables estimables más.

Por eso se hace tan necesario o casi imprescindible estar bien informados sobre determinados temas que desconocemos e, indudablemente, no tenemos por qué conocer, hasta el momento en que vamos a hablar sobre ellos. Sencilla y prácticamente para no exponer nuestra ignorancia. Bien involucrándonos directamente o, si no es posible y trabajamos en equipo, en el que confiamos y esperamos realicen bien su trabajo, pagando las consecuencias al exponernos ante el público, en este caso, nada desdeñable.

Por desgracia, lo que ocurre es que el más pintado puede decir casi cualquier cosa sin documentarse previamente o contrastar su veracidad y calidad, sobre todo en la actual y corrupta sociedad de la exigente inmediatez, donde la desinformación ocupa un espacio cada vez mayor y los medios, no sólo han de informar, sino también desmentir bulos o noticias falsas que, a diario, aburridos personajes siembran y que se diseminan por las redes a la velocidad de la luz.

Revolucionado y con razón, se encuentra el sector tabaquero de las comarcas verata y del Campo Arañuelo y aquellos que de él viven, ya sea en primera, segunda o tercera persona, que hemos sido, siguen siendo y serán no pocos.

Parece que al perro flaco todo se le vuelven pulgas y el sistema y quienes gobiernan no aprecian lo suficiente la importancia de la agricultura como parte esencial del sector primario, pilar básico del desarrollo mundial que, indiscutiblemente, nos mantiene con vida.

En este caso, la emisión del conocido programa de cocina de la cadena nacional, cuyo rodaje se realizó el pasado marzo en una finca de Jarandilla de la Vera, antiguamente dedicada al cultivo rotatorio de tabaco y  pimiento (ese que produce nuestro magnífico oro rojo, imprescindible en sus cocinas), que se esperaba produjera una positiva publicidad de la zona, además gratis, se ha convertido en un caramelito envenenado que ha amargado la vida a los cultivadores de esta planta por excelencia, sustento de tantas familias durante décadas, hoy indignadas por las declaraciones vertidas por algunos de los presentadores, cuanto menos incorrectas y faltosas a la verdad.

Así que, cómo no van a esperar todos los actores relacionados con el tabaco una inminente rectificación, dada la situación en la que el campo se encuentra y las reivindicaciones y manifestaciones que se están llevando a cabo en estos momentos. Esperemos que se produzca más pronto que tarde. La merecen.