Pedro Castilla estudió en el IES Gabriel y Galán en los años cuarenta. Después estudió Medicina y años más tarde, murió en la ciudad de Ronda, dejando escrito en su testamento que parte de su herencia, unos 300.000 euros, serían para «construir una biblioteca o reformar la que hubiera», si el centro contaba con alguna a su muerte, como así ha sido.
Lo explica el director del centro, David Moreno, al que en el 2015 le llegó una notificación del juzgado que le señalaba como albacea de la herencia de Castilla.
Sin embargo, Moreno lo puso en manos de los servicios jurídicos de la Junta de Extremadura, ya que el centro depende de la Consejería de Educación y los directores van cambiando. Finalmente, dictaminaron que la Junta actuará como albacea y así, la ampliación y reforma de la biblioteca «aparece en los presupuestos de la Junta de Extremadura para este año».
Moreno señala que la biblioteca es antigua, del año 1964, por lo que este dinero «viene muy bien».
Precisamente, acaba de pasar por la junta de gobierno la solicitud de un informe de viabilidad urbanística de un anteproyecto para estas obras. El acta de la junta de gobierno con la decisión tomada todavía no es pública, pero Moreno ha explicado que se ha desestimado por los técnicos la forma en que se había previsto realizar la ampliación porque «exigía un retranqueo», de forma que «hay que presentar otro proyecto sin ese retranqueo» para ejecutar las obras, que no obstante se harán gracias al dinero de su antiguo alumno.