Son el nuevo perfil de personas que atiende la delegación de Plasencia del Banco de Alimentos, familias "que no hubieran acudido nunca al Banco, con algún minisueldo o ayuda que no es suficiente para llegar a fin de mes por la subida de la cesta de la compra, los combustibles, la energía". Por eso, a partir del día 20 de cada mes, recurren al Banco, que este viernes y sábado celebra su gran recogida de comida para ayudar a las 3.300 personas que atienden, de 1.100 familias.

Lo afirma Loli Hernández, delegada del colectivo en Plasencia, que resalta además que en alguna de las 33 entidades con las que trabajan, en concreto Klesis, han detectado un aumento de usuarios de un 15%. Además, anuncia que tres parroquias del centro están estudiando unirse para constituir una nueva entidad por las necesidades que existen también en esta zona de la ciudad.

Hernández tiene una idea clara: "Comer no puede ser un lujo". Pero lo es para familias "con bastantes hijos", personas solas, 170 lactantes y mujeres, a las que califica como "muy vulnerables, muchas se han quedado solas y con hijos", explica. A todos atiende el Banco, pero necesita de la colaboración ciudadana, de ahí esta recogida anual.

Recogida en cien tiendas y cien voluntarios

Se llevará a cabo en un total de 100 tiendas, de Plasencia y la zona norte, de las que 85 serán de Sediaco y el resto, de Carrefour y Carrefour Express, Mercadona, Día, Lidl, Aldi y Covirán.

El método para colaborar con alimentos será variado porque unos centros han apostado porque sea únicamente a través de donaciones por internet, otros en persona y otros por una fórmula mixta. Los segundos y terceros contarán con un centenar de voluntarios, dispuestos a informar y a recoger la comida para depositarla en cajas. También se podrá ayudar con una cantidad económica a través de un bizum al número 01278.

Institutos y colegios se sumarán a la recogida, según ha destacado Hernández. Tanto ella como la concejala Mayte Díaz han puesto en valor la "labor extraordinaria" de los voluntarios y su satisfacción por ayudar a otras personas y a la vez "sentirse útiles y válidos".

Francisco José Chillón es uno de ellos y destaca que llegó al Banco de Alimentos de Plasencia hace casi diez años y "casi ciego y me ayudaron mucho, ahora que veo más, lo doy todo por el Banco, somos una piña".