El Periódico Extremadura

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EJEMPLO DE ACTUACIÓN EN UNO DE LOS CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO MÁS GRAVES

Violencia de género en Plasencia: "Un hombre echaba sangre por el cuello y solo decía la matan, la matan"

El quinto turno del grupo de Seguridad Ciudadana de Plasencia evitó que un maltratador matara a su expareja y a la nueva pareja de esta, a quien intentó cortar el cuello. La Delegación del Gobierno ha reconocido su trabajo

Parte del turno de la comisaría de Plasencia premiado por una actuación de violencia de género. TONI GUDIEL

Recuerdan perfectamente que fue en Plasencia la noche de Halloween del 2021 porque lo que se encontraron «parecía una matanza». Un hombre había intentado cortar el cuello a otro, que deambulaba por la calle mientras no paraba de salir sangre por una vena que tenía perforada y su pareja, ex del agresor, corría peligro de muerte. Su rápida y efectiva actuación permitió salvarles la vida a ambos y, esta semana, la Delegación del Gobierno les ha concedido una Mención Especial dentro de los reconocimientos Meninas 2022, que premian el compromiso en la lucha contra la violencia de género.

El subinspector Carlos Fernández Nespral y los agentes Alberto Macías Bustos, Daniel Iglesias Franco, Fernando Fernández Díez y Jairo Hermoso Roncero, que llevan entre 15 y 21 años de servicio en la Policía Nacional, agradecen el reconocimiento, sobre todo porque no son muy habituales. «Siempre recaen en otras unidades, a pesar de que somos siempre los primeros en llegar al lugar de los hechos, los que tenemos el primer contacto con las víctimas y tenemos que resolver situaciones con los materiales que llevamos y tomar decisiones en segundos», afirman.

Lo que sucedió el 31 de octubre del 2021 es el mejor de los ejemplos. Estaban en la calle los cinco cuando se recibió una llamada en el 091. Una mujer advertía de que en la calle Inés de Suárez había un hombre sangrando por el cuello y pidiendo auxilio porque le iban a matar a él y a su mujer.

«Tardamos un minuto en llegar» porque estaban cerca y lo que vieron fue la escena más dantesca en un caso de violencia de género con la que han tenido que enfrentarse en Plasencia.

"El hombre tenía la traquea perforada y una vena echando sangre. Estaba empapado y la calle era como una carnicería"

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«El hombre balbuceaba y desvariaba. Tenía un corte desde la oreja hasta por debajo de la garganta, la traquea perforada y una vena echando sangre. Estaba empapado en sangre y la calle era como una carnicería».

El subinspector recuerda que «solo decía la matan, la matan». Les llevó hasta el portal del domicilio donde todo había ocurrido y allí perdió el conocimiento.

Afirman que, desde el portal hasta la puerta de la casa todo era «un reguero de sangre». Gracias a un botiquín que llevaba el subinspector, le taponó la herida con unas gasas, un vendaje y un empapador y llamaron al 112, que nada más llegar trasladó al hombre al hospital para operarle.

Mientras, los policías se apostaron en las dos puertas de acceso de la vivienda y escucharon a la mujer pedir ayuda, de nuevo gritos de «¡que me mata! De repente, se hizo el silencio, así que decidimos entrar». La puerta principal cedió tras darle varias patadas a la cerradura y lo que se encontraron fueron «las paredes llenas de sangre, parecía una matanza».

La mujer estaba agazapada en el salón, con sangre en un brazo, cortes en una mano y un dedo seccionado. Entonces, el agresor salió de una habitación y, tras un amago de enfrentarse a ellos, obedeció la orden de echarse en el suelo y le detuvieron.

Recuerdan que les dijo «que el perjudicado era él, que él era la víctima y no le entendíamos, que su mujer le estaba poniendo los cuernos». A ella se la llevó el 112 al hospital y a él lo trasladaron al centro de salud por si estaba herido porque también estaba cubierto de sangre. 

Detención previa y orden de alejamiento

El domicilio lo había compartido con la mujer, con la que tiene hijos en común. «Quince días antes, había sido detenido por malos tratos y tenía una orden de alejamiento». Sin embargo, lo que hizo fue entrar en la casa y esconderse «debajo de la cama del dormitorio», esperando la llegada de la mujer y su nueva pareja. Cuando llegaron, salió y empezó su particular carnicería.

El 112 les dijo después, incluso por escrito, que sin su actuación el hombre no se habría salvado. Posiblemente tampoco la mujer, si no hubieran llegado a tiempo. Es lo que piensan ambos, que tiempo después, cuando ya salieron del hospital, acudieron a la comisaría para dejar por escrito una felicitación. 

«Es un doble orgullo porque somos los grandes olvidados, estamos en la calle, dando la cara y al final quedas al margen de los reconocimientos». Este de la Delegación del Gobierno supone «un estímulo, ayuda a seguir haciendo el trabajo».

Mientras, el agresor, que tenía entonces 28 años, fue condenado el pasado mes de septiembre a 5 años de prisión y su posterior expulsión de España. No podrá regresar en diez años. Llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular.

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