Flor Prieto participó como maestra en el colegio Miralvalle en un estudio de nombres de calles de la ciudad que tuvo como conclusión que muy pocas vías llevaban nombres femeninos. El ayuntamiento empezó entonces a dedicar calles a mujeres y, paradójicamente, este viernes le ha tocado a ella.

Se lo ha ganado por su condición de mujer pionera en política. Porque con solo 29 años, en 1986, fue la primera de la provincia de Cáceres en ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados, la segunda en toda Extremadura.

El alcalde, Fernando Pizarro, ha dicho de ella en el acto de reconocimiento que es «una mujer que ha abierto muchas puertas» y «muy valiente» por haber dado el paso en una época difícil.

De ella ha destacado también su capacidad de diálogo y su trabajo para, de forma discreta, «transformar la sociedad a mejor».

En la UGT, PSOE y el colegio

Ella ha querido que sea la calle donde vive la que se le dedique, Obispo Don Adán, en la urbanización Los Pitufos, en el barrio del Rosal de Ayala. «Es un orgullo y estoy muy agradecida. Es muy fuerte y me impone mucho», ha dicho.

Prieto ha mostrado también su agradecimiento al alcalde por su «generosidad», más aún siendo de otro partido político.

A Prieto la ha presentado otro político, que fue compañero durante años y al que considera amigo, Victorino Mayoral y al acto han asistido amigos, vecinos, compañeros del sindicato y la política, de la educación y familiares, empezando por su marido e hijos, a quienes Prieto ha agradecido su «apoyo y comprensión» por su dedicación durante años a la UGT y al PSOE, donde ha estado en las juventudes como secretaria provincial, de diputada y de concejala del 2007 al 2011.

Y unida a la política, su profesión de maestra, que ha ejercido durante 35 años, la mayoría en el colegio Miralvalle. Porque tiene claro que «para estar en política hay que depender de tu profesión» y defiende que «desde la política se cambia la sociedad».