DOS AÑOS DE LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA FEMENINA

Comunidad Charo Cordero de Plasencia: "El 100% de las mujeres con adicciones han sufrido violencia"

Un centenar ha pasado ya por el centro, la mayoría por consumo de alcohol y cocaína. Cada vez más provienen de familias «normalizadas» y han llegado a la adicción por algún bache

Directora e internas de la comunidad de Plasencia para mujeres con adicciones.

Directora e internas de la comunidad de Plasencia para mujeres con adicciones. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

La Comunidad Terapéutica Charo Cordero de Plasencia empezó a funcionar como tal en el 2021. Es un centro exclusivamente para mujeres con conductas adictivas, con o sin hijos, que gestiona Cruz Roja y dirige Lidia Regidor. Tras dos años de experiencia, la directora destaca que el 100% de las mujeres que han pasado por la comunidad «han sufrido violencia, o de género o familiar, con abusos sexuales de padres, tíos, hermanos...»

Además, subraya que el perfil «ha variado totalmente» porque no todas las mujeres con conductas adictivas proceden de familias desestructuradas, sino que «cada vez más, vienen de familias normalizadas, son hijas únicas, con carreras universitarias, pero ha habido un momento de su vida en que las cosas no les han ido bien».

Desde el 2021, han pasado por la comunidad Charo Cordero, que financia principalmente la Junta y recibe una ayuda municipal, unas cien mujeres. El año pasado, recibieron el tratamiento 45. En estos dos años, 15 menores han acudido con sus madres, 7 el año pasado, bien de manera continua o en fines de semana o puentes.

"Queremos que los niños vean que esto no es una cárcel, que su madre solo ha pasado un bache"

LIDIA REGIDOR

— Directora de la comunidad terapéutica Charo Cordero

El centro tiene para ellos una ludoteca y programas alternativos, como los espacios saludables y un voluntariado específico. Todo para «fomentar la relación madre-hijo» y también para que los pequeños vean «que esto no es una cárcel, que su madre solo ha tenido un bache, para normalizar la situación», explica Regidor.

Así, la comunidad cuenta con 12 plazas para las mujeres y 6 para menores, que se distribuyen en 10 habitaciones individuales y 6 familiares, dobles y triples.

Adicción a pastillas con receta médica, en el centro placentino

Respecto al tipo de sustancias que consumen, la directora explica que el mayor ingreso se produce por el consumo de alcohol, seguido de cocaína, mezcla de cocaína y alcohol y de cocaína y heroína. Destaca además que «todas hacen un consumo muy alto de benzodiazepinas».

Explica que son pastillas que recetan los médicos y las mujeres «hacen un abuso muy grande de ellas». Por eso, han tenido conversaciones con facultativos para pedirles «que no receten pastillas que crean adicción».

Regidor señala que muchas mujeres llegan a la comunidad «como último recurso», cuando ya se han quedado en la calle, sin casa o han perdido a sus hijos. Les cuesta acudir por «el doble estigma, la culpa de que las consideren malas madres», pero insta a pedir ayuda más rápido.

En el centro, pasarán primero por un periodo de desintoxicación, después por uno de deshabituación, con rutinas y terapias para evitar la conducta adictiva y, por último, se les ofrece un itinerario individualizado para que puedan reinsertarse en la sociedad y tener una vida normal.

Todo con ayuda de la directora, una psicóloga, una trabajadora social y 6 monitores.

El centro está lleno casi siempre y lo que se necesitan son más plazas y más personal, además de otros recursos, como pisos para que ganen en autonomía mientras les realizan el seguimiento y que les prepare para recuperar su vida. 

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