El Periódico Extremadura

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OPORTUNIDAD LABORAL PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Pablo, el primero en pasar de Plaser a una empresa normalizada en Plasencia

Pablo Esteban es la única persona que, en los 25 años del centro de empleo de Placeat, ha dado el salto a una firma ordinaria, en la que además «me han hecho fijo»

Pablo Esteban, que ha pasado de Plaser a la UTE de limpieza en Plasencia. TONI GUDIEL

Pablo Esteban Plata es la única persona que, en los 25 años que lleva en marcha el centro especial de empleo Plaser de Plasencia, dependiente de Placeat, ha pasado de trabajar en un centro en su mayoría con personas con discapacidad a una empresa normalizada. Pablo es el ejemplo de lo que Placeat quiere conseguir con Plaser, un propósito todavía hoy día difícil de conseguir.

Pablo lo ha logrado en «unos pocos días», pero en su trayectoria previa sí tuvo dificultades para encontrar un empleo. 

Explica que tiene un 47% de discapacidad auditiva y, desde los 17 años, había trabajado en la construcción. Era oficial de segunda cuando «cerró la empresa en la que trabajaba».

Se marchó a Madrid, a una lavandería industrial, pero regresó de nuevo a Plasencia y reconoce que estuvo en el paro «mucho tiempo». 

Hasta que probó en Plaser y, después de realizar un examen teórico y otro práctico, «aprobé y empecé a trabajar en San Gil, en limpieza y lavandería».

Allí ha estado tres años, pero explica que tenía un contrato de media jornada y, como vivía en Plasencia, no le compensaba por el gasto de gasolina. Destaca que, «si hubiera tenido jornada completa, me hubiera gustado quedarme allí». No obstante, en unos días, ya tenía trabajo en la UTE de limpieza, donde también está «muy a gusto», tiene jornada completa y «me han hecho fijo».

Falta formación en las empresas

Es lo que persigue Plaser, que «las personas con discapacidad tengan una oportunidad laboral, una formación y experiencia para poder pasar a un empleo ordinario», explica Javier Paniagua, su director.

Plaser es una empresa de empleo protegido, sin ánimo de lucro, que debe tener un mínimo de un 70% de su plantilla con algún tipo de discapacidad, física, intelectual o sensorial. Actualmente, ese porcentaje es de un 90% y son 23 trabajadores.

Se reparten en jardinería, limpieza y lavandería, el Pica & Pica 24 horas y el albergue de San Gil. La mayoría trabajan la jornada completa y uno de los motivos por los que no pasan a la empresa normalizada es que «están cómodos, tienen apoyos y reciben un trato exquisito».

En opinión de Paniagua, a las empresas les falta formación sobre «lo que es un trabajador con discapacidad», de hecho, señala que alguno se ha encontrado «compañeros que gastan bromas o se ríen de ellos». 

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