Más cerca de las tres décadas. Los Premios Empresario Extremeño del Año cumplen este convulso 2022 los 27 años de trayectoria y enfilan con paso decidido la treintena. Instituidos por el Periódico Extremadura en 1996 ya se han convertido en la gran cita del mundo de los negocios en la región y siempre se han celebrado, por difíciles que fueran los tiempos. Este verdadero termómetro económico ya ha entregado más de 270 galardones a lo largo de su más de cuarto de siglo de existencia. Los hombres y mujeres de negocios de Extremadura tienen como referencia estos galardones que incentivan la creación de riqueza y empleo. 

Los primeros premios en el mundo de los negocios extremeños son aguardados cada año con una gran emoción. En ocasiones en la gala de las empresas se han reunido más de 500 empresarios y autoridades en las distintas sedes donde han tenido lugar. Tras la pandemia se espera que estas cifras de invitados vuelvan a recobrarse. Los premios están patrocinados por Telefónica y Abanca y en ellos colaboran importantes empresas e instituciones de la región.

La idea tiene un origen humilde. En 1996 El Periódico Extremadura decidió publicar una revista llamada Creadoras de Riqueza, que se imprimía en papel cuché. El formato por entonces era novedoso y caló hondo entre los profesionales de la economía. La editora del diario pensó que se abría una nueva forma de canalizar las relaciones entre empresas y periódico a través del Especial Empresas.

La publicación se presentó en una gala que contó con el apoyo de los principales directivos de Grupo Zeta, editora entonces de El Periódico Extremadura. La reunión se expertos en finanzas pronto se denominó la ‘noche de las empresas’, y se decidió que durante esa velada se entregarán los Premios Empresario Extremeño del Año en diferentes categorías, que a lo largo de estos 27 años han variado conforme lo exigían los tiempos.

Más de 270 estatuillas se encuentran ya en diferentes centros de trabajo, bien en los despachos de los directivos o bien en zonas visibles para los trabajadores, que se sienten orgullosos de haber contribuido a estos logros.

En 1997 el primer galardonado fue Ricardo Leal, conocido empresario de Jerez de los Caballeros, famoso en todo el mundo por su empresa Cristian Lay de joyería y bisutería por catálogo, pero que a lo largo de estos tiempos ha ido creciendo y diversificándose en el mundo de las energías renovables, el cartón ondulado, la industria química o la siderurgia. Actualmente su grupo CL es el principal grupo industrial de la región.

Posteriormente, fue un bodeguero el segundo en lograr este reconocimiento: Manuel López Morenas. La empresa Bodegas López Morenas había abierto sus puertas en 1943 y vivía en 1998 un auge sin precedentes. Sus vinos y zumos se distribuían por el mundo e incluso se publicitaban por televisión. En 2006 falleció pero sus hijos han recogido el legado familiar y han expandido el negocio con la adquisición de nuevas bodegas y penetrando en el mundo del cava.

Un químico, Juan Carmona, con Industrias Químicas de Badajoz (Inquiba), obtuvo el reconocimiento en 1999. Su empresa, que había sufrido un aparatoso incendio había resusgido gracias a la robotización de sus instalaciones.

En el año 2000 la construcción vivía sus años dorados. El empresario Julián Herrera, al frente de Grupo Herrera, se alzaba con la estatuilla de Empresario del Año. La firma estaba especializada en forjados y construcciones que ponía en pie gracias a unas patentes propias.

En 2001 el premio recayó en un conocido hombre de negocios extremeño, Alfonso Gallardo, entonces propietario de una siderurgia en Jerez de los Caballeros, una cementera y empresas europeas. En la actualidad el Grupo Gallardo se integró hace un año en el CL, de Ricardo Leal.

La lista continúa con otro gran hombre del mundo de los negocios, Cayetano López, cuyo grupo Joca, por entonces estaba especializado en obras y proyectos de ingeniería de obra civil, tratamiento de aguas, y construcción de viviendas. Posteriormente Grupo Joca se convirtió en Grupo Katry.

El añorado José Luis Iniesta fue el Empresario del Año 2003. Este hombre de negocios pacense puso en marcha el Grupo Río, una cadena de hoteles en expansión, que cuenta con un casino en Badajoz y que entonces se extendía por la región. Además, Iniesta era un ganadero de toros bravos. Su hijo continúa con éxito la saga familiar.

Un nuevo bodeguero enriquecía la lista de galardonados en 2004: Antonio Ruiz Torres. Entonces su bodega familiar con sede en Cañamero iniciaba un proceso de reconversión hacía los vinos de excelencia y el enoturismo. Fueron pioneros en una actividad ahora muy extendida. En la actualidad sus hijas están al frente de la bodega.

Una fecha para recordar sin duda es el año 2005, cuando el galardón fue a parar a otro clásico del mundo de la empresa extremeña: Antonio Martínez Buzo. Auténtico pionero del mundo del turismo, este farmacéutico puso en pie todo un imperio del alojamiento excelente con el Hotel Huerta Honda (Zafra) como estandarte, a los que fue añadiendo otros establecimientos caracterizados por la calidad de sus servicios como el Hotel Casa Palacio Conde de la Corte, caracterizado por su ambiente taurino.

En 2006 le toco turno a una de las industrias señeras del ibérico extremeño, Mafresa. Su gerente Ángel del Cid situaba a la industria de Fregenal de la Sierra en la culmen del sector gracias a su entrada en el mundo de los alimentos de quinta gama.

En 2007 el premio volvió al mundo del turismo, pues ganó el premio Manuel Cordero, al frente de la cadena de hoteles MCA, que se encontraba en un momento de franca expansión por la región.

Un año después el galardón se fijó de nuevo en un fontanés, Manuel López Pecero, quien junto a su mujer, Isabel Bolaños triunfaba con un grupo empresarial, López Bolaños, que englobaba a Cristales y Persianas López, Alumasa y Expalum, que abrían nuevos mercados en América.

En 2009 era reconocida una gran trayectoria del mundo del tabaco: Manuel Bermejo, gerente de la transformadora Agroexpansión, ya fallecido y que fue sustituido por su hijo al frente de la empresa.

Grupo Ogesa fue el protagonista de la edición de 2010. Javier Carbonell, puso en marcha esta empresa que realizaba trabajos de ingeniería por medio mundo, desde Extremadura, gracias a un equipo interdisciplinar.

El mundo de la golosina no es, aunque pueda parecerlo, poca cosa. En 2011 fue reconocido Ángel Sánchez Cortés, un empresario cacereño, que había expandido su red de tiendas de golosinas y frutos secos por toda la comunidad autónoma.

Francisco Piñero Lemus, fundador de Euro Electrodomésticos y de la cadena Eurocash recibía el aplauso de sus compañeros tras extenderse por toda la región en un tiempo récord y con un modelo de negocio al alza. Actualmente construye una sede central de la empresa en Cáceres.

Un 2013, Pedro Mallo, una referencia en el mundo del ibérico primaba la excelencia sobre cualquier otro factor así como la conservación de los puestos de trabajo en su empresa, toda una proeza en momentos de crisis económica y estrategia clave para superar la crisis.

En 2014 los ojos de los empresarios se paraban en Manufacturas Saycar, concretamente en Juan Carlos Ibáñez, quien había puesto en marcha un emporio de ropa con la marca Forecast como estandarte. Desgraciadamente la empresa quebró en 2020.

Un hostelero cacereño triunfó en 2015, Jorge Antonio Gómez Rebollo extendía sus franquicias por toda la región, siendo reconocido por la buena gestión de sus establecimientos.

En 2016, el premio recompensó los esfuerzos en un ámbito singular como es el médico. José Carlos Moreno, director del Instituto Neofacial de Badajoz triunfó como Empresario del Año reuniendo en una sola figura el profesional de la medicina y el empresario.

Atanasio Naranjo, conocido como el rey de la fruta de hueso, logró el premio en 2017. Su empresa Tany Nature se extendía por China, convirtiéndose en el primer país del mundo que desembarcaba en ese difícil mercado.

Gregorio Peña, presidente de grupo Imedexsa y fundador de Herma, logró el reconocimiento general tras poner en marcha una industria química en Santiago del Campo con todos los procesos automatizados y el máximo respeto al medio ambiente, donde se elaboran productos de marcas propias y marcas blancas.

En 2019 el empresario ganador fue Manuel Marín, quien a sus 67 año vio el reconocimiento al trabajo de toda una vida. Su empresa Líder Aliment aglutina la fuerza de ventas de 260 establecimientos en todo el suroeste del país, con una facturación de 170 millones de euros anuales. Es el primer grupo distribuidor de la región y uno de los primeros del país. Las marcas Spar y Spar Express son sus principales bastiones. En la actualidad Óscar Marín está al frente de la empresa. El año 2020 fue excepcional en todos los sentidos y se dio una curiosa paradoja. Por vez primera repetía como Empresario Extremeño del Año un profesional del mundo de los negocios. 

Ricardo Leal en 2020 adquiría un holding también con sede en Jerez de los Caballeros, Grupo Gallardo Balboa, logrando así mantener los puestos de trabajo. En la actualidad, con tan solo un año se trayectoria ha conseguido reflotarlo y crear un centenar de empleos adicionales. Su nombramiento como empresario extremeño del año es, sin duda, un reconocimiento al compromiso que mantiene con la reindustrialización de la región con el objetivo de crear riqueza, pero también de fomentar valores como la tolerancia interpersonal y el respeto al medio ambiente, así como ayudar al desarrollo de las nuevas generaciones.

En la edición de 2021 los ganadores fueron José Antonio Polo y Toño Pérez, al frente de Restaurante Atrio. Entre los argumentos esgrimidos por el jurado estuvieron su resiliencia ante la pandemia, su espíritu emprendedor con la adquisición del restaurante Torre de Sande y la próxima puesta en marcha de un hotel de lujo en Casa de los Paredes Saavedra.