Nos encontramos en un momento clave para definir qué Extremadura queremos en el futuro, para abordar las grandes estrategias y los cambios estructurales que nos permitirán construir un modelo productivo más sostenible, robusto y competitivo.

Una Extremadura en la que la tecnología juegue un papel fundamental, con una economía verde y circular, y una sociedad innovadora y cohesionada territorial y socialmente, con modelos educativos creativos y con sistemas de emprendimiento colectivo.

Sin lugar a dudas, han sido dos años largos, muy largos, desde que comenzara la pandemia y ahora, la Guerra de Ucrania, con momentos muy complicados de gestionar, con el esfuerzo incansable y con el empuje de la ciudadanía así como de empresarios y autónomos. 

Pero, también son ciertos los retos y oportunidades que han surgido de estas crisis que estamos viviendo así como el efecto catalizador que sobre procesos de transformación ha tenido y que tenemos que aprovecharlos desde el trabajo y la lucha compartida por nuestro tejido productivo regional y la Junta de Extremadura.

De esta manera, debemos centrar nuestros esfuerzos en la agilización e impulso de la recuperación económica desde una doble vertiente. La primera, desde el acompañamiento y apoyo a nuestras empresas y autónomos en el camino de la recuperación, de forma que afronten este proceso con las mayores facilidades y en el menor tiempo posible sin quedar a nadie atrás. Y, en segundo lugar, sentando las bases para abordar la ineludible transformación de nuestra economía hacia un modelo de futuro, fundamentado en modelo productivo sostenible, igualitario, integrador y competitivo y del conocimiento, asentado sobre los vectores de la transición ecológica y la transformación digital.

Un proceso en el que el Ejecutivo autonómico, empresarios, autónomos y trabajadores tenemos que forjar alianzas y colaborar en la consecución de esta Extremadura más robusta y cohesionada, para construir unidos un futuro mejor para todos y cada uno de los ciudadanos.

De ahí, en el contexto de la recuperación, es vital el instrumento europeo de recuperación Next Generation y su materialización en España a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tanto en su diseño y estrategia como en su aplicación efectiva en nuestra región, para salir reforzados de esta adversidad, siendo Extremadura una de las comunidades autónomas que más financiación europea por habitante ha recibido. Este plan nacional se sustenta en cuatro pilares: una España más verde, más digital, más cohesionada e inclusiva y más igualitaria; es imprescindible que las pequeñas y medianas empresas seáis protagonistas de su desarrollo, de ahí que en 17 de los 30 componentes se recogen iniciativas específicas orientadas a la participación de las pymes. A lo que hay que sumar un componente dedicado íntegramente a este fin, el número 13, dotado casi con 5.000 millones de euros.

Por tanto, la llegada de estos fondos europeos representa una oportunidad excepcional para poner las bases de un nuevo modelo de crecimiento a medio y largo plazo. Un crecimiento más justo e inclusivo, más cohesionado, más respetuoso con el medio ambiente y mejor preparado para aprovechar los cambios tecnológicos. Y con total respeto a las directivas europeas y a los principios de transparencia y rendición de cuentas. En el caso de Extremadura, a través de del Decreto Ley 3/2021, de 3 de marzo, de medidas urgentes para la modernización de la Administración Pública y para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. 

Tenemos ante nosotros un desafío de gran importancia y la Junta de Extremadura hará todo lo necesario para aprovechar al máximo todas las oportunidades que nos abre esta nueva perspectiva y para que nuestros jóvenes puedan desarrollar aquí su proyecto de vida en igualdad de oportunidades.

Afrontamos este reto desde el compromiso, especializándonos en las energías regionales, el impulso a las TIC, en la industria cultural y el turismo, afianzando la salud e impulsando la agroindustria con relevantes inversiones en cinco ámbitos estratégicos: emprendimiento, crecimiento, digitalización e innovación, apoyo al comercio e internacionalización.

Reitero nuestro objetivo de aumentar la productividad de nuestras empresas, reforzar sus capacidades y su resiliencia y, al mismo tiempo, contribuir a la creación de empleo, a la competitividad y el crecimiento potencial de la economía a través de reformas específicas que posibiliten un marco regulatorio más favorable, y que impulse la aparición y éxito de nuevas iniciativas emprendedoras y con la modernización de los mecanismos de restructuración de empresas que mejore su eficiencia económica desde el compromiso firme de asesoramiento y acompañamiento a nuestras empresas allí donde lo soliciten.

Para que su implantación sea lo más efectiva posible, desde las Administraciones Públicas, tanto estatal como autonómica, hemos aprobado normativas dirigidas a reducir las principales barreras burocráticas y a promover una gestión ágil, eficaz, eficiente y rigurosa de los recursos públicos. Un proceso de modernización administrativa que proporcione las herramientas necesarias para la ejecución del Plan y para una mejor y más eficiente gestión de los fondos europeos en tan breve periodo de tiempo. 

Todo nuestro esfuerzo y dedicación se dirigirá a impulsar el progreso y el bienestar de nuestros ciudadanos y potenciar las capacidades de nuestros empresarios.

Para avanzar juntos hacia una economía más productiva y competitiva, para incentivar lo que nos identifica como una región con grandes oportunidades y recursos y para, en definitiva, asegurar contribuir a la mejora y modernización de Extremadura.

Miremos al futuro con esperanza, vislumbremos más allá de la coyuntura actual las oportunidades que nos ofrecen los fondos europeos extraordinarios y hagamos realidad con determinación y firmeza los cambios que nos permitan crecer como sociedad y construir un modelo productivo más competitivo, robusto y sostenible.

* Rafael España es consejero de Economía, Ciencia y Agenda Digital