Dormir es un placer, pero, además, se trata de un deleite reparador con efectos positivos para nuestro organismo. Numerosos estudios demuestran que mientras menos duerme una persona, las probabilidades de que aumenta de peso o sufra obesidad se incrementan, además de otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión.

Además, dormir bien también significa pensar con claridad, reaccionar con rapidez y crear recuerdos. Pero no siempre el sueño es sanador. Las preocupaciones, el estrés, la escasez de horas y un largo etcétera provocan que se escatime el sueño o que su calidad sea deficiente.

El cansancio impide que nuestra mente adopte la posición de reposo y que, una vez en la cama, el sueño nos llegue. En estos casos, como comenta la doctora Lucía Pérez Costillas, los pensamientos negativos y persistentes llegan a ser abrumadores y nos mantiene despiertos.

“Por eso es importante que conozcamos nuestro sueño, entrenemos nuestro sueño, cuidemos nuestro sueño y consigamos un sueño reparador y sanador”, resalta la doctora Pérez Costillas, quien propone seis consejos para conseguir un sueño de calidad y reparador.

Seis consejos

  1. Reduce el estrés con una lista de preocupaciones: tres horas antes de acostarte escribe una lista de preocupaciones o inquietudes, con un bolígrafo y papel, no con tu teléfono ni con el ordenador. Al lado de cada uno, escribe si está bajo tu control o no, y si hay algo que puedas hacer al respecto. En una tercera columna, escribe el siguiente paso que puedes dar al día siguiente o en la próxima semana.
  2. Escribe un diario de agradecimiento: cada noche, cuando te metas en la cama, escribe tres cosas buenas de tu vida (o del día) por las que estés agradecido, grandes o pequeñas. La gratitud ayuda a evocar un estado positivo, y eso es importante porque nos dormimos más fácilmente cuando nos sentimos seguros, cómodos y amados.
  3. Aprende a estar presente con técnicas de meditación, atención plena y respiración: la preocupación nos coloca en un tiempo futuro donde no podemos predecir o controlar, y la rumiación nos lleva al pasado, que no podemos cambiar. La atención plena y la meditación son excelentes a modo de rutinas de relajación, ya que se centran en el cuerpo físico y nos ayudan a permanecer presentes.
  4. No te vayas a la cama demasiado temprano: las personas que tienen problemas para conciliar el sueño tienden a irse más temprano a la cama con el fin de ganar tiempo, pero la evidencia científica nos dice que las personas con insomnio de conciliación tienen una fase de sueño naturalmente retrasada, lo que significa que están genéticamente predispuestas a tener sueño en torno a la medianoche.
  5. No mires las pantallas cerca de la hora de acostarte: Limita el tiempo de pantalla en la noche. Una hora antes de acostarte, evita las pantallas, cambia tu teléfono al modo nocturno o use gafas que bloqueen la luz azul. Las pantallas brillantes de tu teléfono y televisor engañan a tu cerebro haciéndole creer que todavía es de día. 
  6. No hagas nada estresante justo antes de acostarte: Evita realizar actividades productivas o estresantes en esa hora crucial antes de acostarte. Ni trabajar, ni pagar facturas o hacer cuentas, ni discusiones difíciles.

Los beneficios de un buen sueño

Además, un buen sueño nos hace ser más creativos, nos ayuda a perder peso, nos hace estar más sanos, mejora la memoria, protege el corazón y reduce la depresión.