¿Sabes qué son los parabenos o el triclosán? Se tratan de algunos de los ingredientes utilizados en cosméticos de uso habitual, que nos suenan, pero que no sabemos su significado ni sus efectos. Por ello y, como dice la OCU, sin caer en la quimiofobia ni en la hipocondría, analicemos la lista de ingredientes de los productos que forman parte de nuestra higiene diaria y de los cuidados de la piel y del cabello.

El gel de ducha, el desodorante, la crema corporal, el maquillaje y un largo etcétera se han incorporado a nuestra rutina diaria de atención personal. Se tratan de productos cosméticos, sin propiedades terapeúticas, pero con componentes químicos que, raramente son peligros, pero sí debemos manejar con conocimiento.

Pocas veces leemos la lista de ingredientes de estos artículos. No sólo el tamaño de la letra desanima su lectura, sino que los términos son incompresibles para la mayoría.

Por lo pronto, la denominación suele ser complicada con términos en inglés o en latín, en orden decreciente de concentración, como se dispone en la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos. Esta complejidad se subsana acudiendo a las numerosas apps de ayuda al consumidor. Pero, ¿quién cuando selecciona un producto de belleza se detiene a buscar en internet qué significan los parabenos o los triclosán? Además, el exceso de información contradictoria o de escasa concreción puede desorientar más que ayudar.

La OCU ha realizado un informe exhaustivo sobre algunos ingredientes bajo sospecha y cuáles hay que evitar.

De entre los bajo sospecha:

  •  El aluminio y sus sales (aluminum o aluminium chlorohydrates) se utilizan para evitar la transpiración. En el año 2000, a raíz de un estudio, se empezó a sugerir una posible relación no confirmada entre estos compuestos y el cáncer de mama y eso hizo saltar las alarmas. Sin embargo, las investigaciones posteriores lo han desmentido: ni contribuye a aumentar el riesgo de cáncer de mama ni tampoco el de enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer o el parkinson.
  •  El phenoxyethanol es un conservante que a menudo se utiliza como alternativa a los parabenos. En 2012, las autoridades francesas pusieron en entredicho su seguridad sobre todo en productos para bebés. Cuatro años después, el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores (SCCS) indicó que es seguro siempre que se use con una concentración máxima del 1%.
  •  El dióxido de titanio (titanium dioxide). En la mayoría de los usos en cosméticos esta sustancia no plantea problemas, pero no se recomienda en productos que se puedan inhalar (como en las cremas solares en espray) o ingerir (como en los labiales o dentífricos).

En cuanto a los que hay que evitar, se debe distinguir entre productos con aclarado y sin aclarado, porque no es igual que la sustancia permanezca durante horas en contacto con la piel, como sucede con una crema corporal o facial, el desodorante... o que solo se use unos minutos para después aclararlo, como el gel o el champú.

En el caso de los conservantes, la OCU destaca tres:

  •  Triclosan. Este conservante puede contribuir a la aparición de resistencias bacterianas, además de alterar el sistema hormonal, y es peligroso tanto en productos sin aclarado, como con aclarado.
  •  Butylated hidroxyanisole (BHA). Es un conservante habitual en barras de labios y cremas hidratantes, posible carcinógeno.
  •  Butylparaben y Propylparaben. Estos ingredientes pueden alterar el equilibrio hormonal.

Los filtros UV:

  •  Benzophenone-1 y Benzophenone-3. Estos son dos filtros solares UV con potencial alergénico y fotoalergénico y posibles efectos como disruptores endocrinos.
  •  Ethylhexyl methoxycinnamate. En concentraciones altas puede ser responsable de posibles efectos como disruptor endocrino.
  •  Homosalate. En concentraciones altas, se le relaciona con posibles alteraciones endocrinas.

La fragancias:

  •  Butylphenyl methylpropional (o lilial). Esta es una fragancia sospechosa de afectar a la fertilidad e inducir problemas de sensibilización de la piel.
  •  El hidroxyisohexyl 3-cyclohexene carboxaldehyde se prohibió hace unos meses, por el riesgo de desencadenar alergias, pero aún podría encontrase en algún cosmético.