El 28,3% de las muertes en 2018 fueron causadas por enfermedades del sistema circulatorio, según los datos de mortalidad publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística). Son casi dos puntos por encima del siguiente grupo, las enfermedades del sistema respiratorio, que suponen el 12,2% del total de fallecimientos.

Entre los principales factores de riesgo de sufrir patologías que afectan al correcto funcionamiento del corazón, tal como explica el Dr. Jaume Illa, cardiólogo de la Clínica Corachan, están la hipertensión arterial, el elevado nivel de colesterol, la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y también el estrés. Y todos ellos son factores de riesgo modificables.

Un estudio realizado en la primera década del siglo XXI por la Fundación Española del Corazón en población entre los 35 y los 74 años concluyó que el 42% de los españoles padece más de un factor de riesgo cardiovascular (FRC) y que el 57,6% sufre, al menos, uno de los principales. Entre los factores de riesgo cardiovascular no modificables está el sexo (los hombres tienen más probabilidad de enfermedad coronaria), la edad y los antecedentes familiares (genética).

Las estadísticas derivadas de la investigación indican altos porcentajes de dichos factores en la población general. El 47% de hombres y el 39% de mujeres presentan hipertensión arterial. El colesterol alto afecta al 43% de hombres y al 40% de mujeres. La obesidad la padece el 29% de la población, independientemente del género. El 33% de hombres y el 21% de mujeres son consumidores de tabaco y el 16% de hombres tienen diabetes, igual que el 11% de mujeres.

El 49,7% de las enfermedades coronarias en la población española fueron atribuibles al sobrepeso, porcentaje que se mantuvo en el 42,3% después de ajustar por edad, sexo y los demás factores de riesgo cardiovascular. En un segundo orden se situaron el consumo de tabaco y la hipercolesterolemia.

Nuevos hábitos

Con la modificación de los hábitos de salud (medidas higiénico-dietéticas) y los tratamientos farmacológicos actuales cuando es preciso, se puede conseguir un buen control de los FRC en una gran mayoría de los pacientes. Tan solo en algunos casos poco frecuentes pueden ser necesarias medidas excepcionales como la cirugía de la obesidad.

El tabaquismo y la obesidad son factores de riesgo que pueden ser eliminados definitivamente con las modificaciones de hábitos de vida precisas. Asimismo, el control de la obesidad y las medidas higiénico-dietéticas contribuyen a un mejor control de otros factores de riesgo (hipertensión, diabetes y dislipemia (alteración de los niveles de lípidos en la sangre) y a poder reducir o suspender, en algunos casos, algunos tratamientos farmacológicos.

Una visita médica que incluya la revisión de la historia clínica, una exploración física (peso/talla y medida de tensión arterial) y una analítica completa bastará para hacer una estimación del riesgo cardiovascular, identificar la presencia de algún factor y establecer la estrategia adecuada para su control.

Detección precoz

Según expone el Dr. Illa, todos los FRC aumentan el riesgo de padecer enfermedades coronarias y todos ellos deberían ser detectados y tratados lo más precozmente posible.

El tratamiento debe adaptarse a la situación clínica del paciente, teniendo en cuenta su riesgo cardiovascular total, para seleccionar la estrategia más adecuada.

Un estilo de vida saludable es la primera medida para la prevención y tratamiento de los principales factores de riesgo cardiovascular. Evitar la exposición al tabaco, llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada, realizar actividad física moderada de forma regular, evitando el sedentarismo, controlar el peso corporal y evitar elementos de estrés psicosociales es fundamental en el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular. Además, para alcanzar los objetivos de control de las cifras de tensión arterial, lípidos y niveles de azúcar en sangre puede ser necesario un tratamiento farmacológico que ayude a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, por tanto, disminuir la mortalidad.

Todo factor de riesgo cardiovascular debe ser evaluado y tratado por un médico, que prescribirá los fármacos más indicados en cada caso en función del conjunto de situaciones clínicas de cada paciente. También dosificará dichos fármacos según la evolución de los parámetros analíticos, así como la detección de posibles complicaciones.

Prevención

Como se ha mencionado anteriormente, evitar la exposición al tabaquismo, llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada, pobre en grasas y baja en sal, realizar actividad física regular, evitando el sedentarismo, controlar el peso corporal y evitar elementos de estrés psicosociales es fundamental en el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular y en la prevención de la enfermedad cardiovascular.