Multitudinario Viernes Santo. El segundo día festivo de la Semana Santa volvió a ser uno de los más importantes de la Pasión en la ciudad, tanto por la congregación de público como por el número de procesiones. No hubo descanso para las calles del casco histórico, por las que procesionaron hasta dieciséis pasos de cinco cofradías desde primera hora de la madrugada.

La primera en salir fue la Hermandad Universitaria de Jesús Condenado, que este año ha cambiado por completo su recorrido. Salió a las doce y media de la noche del palacio de los Golfines de Arriba bajo los acordes de ‘La Pasión’, una pieza muy conocida del repertorio cofrade, interpretada por dos violas y un chelo. Esta cofradía nació hace seis años con el objetivo de llenar el único espacio del Viernes Santo vacío de procesiones (entre las doce y la de la Madrugada).

Desde los Golfines enfiló a la calle Condes hasta la plaza de San Mateo, donde hizo una estación de penitencia. Aquí la imagen de Jesús Condenado, muy peculiar puesto que en lugar de una cruz posee un patibulum, fue recibida por los cofrades de la Vera Cruz con la única iluminación de los pasos y el sagrario. Después el desfile continuó por el callejón de la Monja, Aldana, calle del Mono, plaza de Caldereros, Adarve de la Estrella, Arco de la Estrella y plaza Mayor, hasta llegar a la ermita de la Paz, donde se recogió en torno a las dos y cuarto de la mañana.

A Jesús Condenado le siguió la de la Madrugada, de la Cofradía del Nazareno. Es la procesión más larga de la Semana Santa, con nueve pasos: Nuestro Padre Jesús Nazareno, La Magdalena, La Caída del Señor, La Verónica, El Calvario, Cristo de los Milagros, Cristo de las Indulgencias, Exaltación de la Cruz y Virgen de las Angustias. Salió a las cinco en punto de la madrugada, cuando las cornetas llamaron al silencio en la puerta de Santiago y la imagen del Nazareno cruzó las puertas a hombros de dos turnos de hermanos. En el desfile iban más de un millar de cofrades.

Este año la hermandad estrenó estandarte: el paño de la Verónica incorpora el rostro de Jesús Nazareno, imagen titular de la cofradía. También una campana, que se ha incorporado a la talla de El Calvario. Además, como novedad, el Coro Rociero de Cáceres cantó a Nuestro Padre Jesús Nazareno en los Adarves. El último paso, La Virgen de las Angustias, no se recogió hasta las diez de la mañana.

LA EXPIRACIÓN / La Cofradía de la Expiración salió a las 11.30 horas desde San Mateo con sus dos pasos: Nuestro Padre Jesús de la Expiración de la Arguijuela, que estrenó faldón obra de Mercedes Sánchez, y Nuestra Madre y Señora de Gracia y Esperanza. El desfile de este año fue especial, ya que la hermandad celebraba su 25 aniversario.

El momento más emotivo se vivió en Clavellinas, donde los hermanos de carga hicieron la tradicional carrerita vitoreados por el público que en ese momento se congregaba en esa zona de la ciudad. La procesión terminó hacia las 15.00 horas, cuando se llevó a cabo una ceremonia en San Mateo, donde se recogió el desfile. Además, para celebrar el 25 cumpleaños, la hermandad preparará después de Semana Santa una comida de confraternización para agradecer la labor de los cofrades que llevan muchos años dedicados a la cofradía. También se llevará a cabo una eucaristía y procesión extraordinaria con la Virgen de Gracia y Esperanza en el mes de mayo.

Media hora después, a las 12.00 horas, le tocaba el turno a la Cofradía de los Estudiantes, que salió de Santo Domingo. Procesionó al Santísimo Cristo del Calvario. Es uno de los desfiles más participativos por el cariño de la ciudad al Cristo del Calvario (es una de las tallas con mayor valor artístico de la Semana Santa, de la escuela de Gregorio Fernández, del siglo XVI) y porque se nutre de las filas del colegio San Antonio. En los próximos años incorporará una imagen mariana, tal y como acaban de aprobar los hermanos en asamblea.

LA ÚLTIMA PROCESIÓN / El último desfile del Viernes Santo fue el más multitudinario. La Cofradía de la Soledad celebró, como es tradición, el acto del descencimiento de Cristo en la plaza de San Mateo a las 19.00 horas, con numeroso público. Una hora más tarde salió la procesión de la ermita de la Soledad, con sus tres pasos. Iba de estreno. Por primera vez procesionó La Cruz del Descendimiento, que fue portado por los hermanos más jóvenes de la cofradía. Además este año, en lugar de cargar al Cristo Yacente del siglo XVI, recorrió las calles el conocido como Cristo Yacente del Besapié, donado a la cofradía en 1966. La hermandad ha decidido que sea esta talla la que desfile este año para conmemorar el 50 aniversario de su primera salida procesional, en 1967.

La otra imagen del desfile fue la Santísima Virgen de la Soledad, que estrenó andas, de estructura de aluminio, muy ligeras, en madera exterior con una ornamentación clásica. En el frontal se reproduce el entablamento del frontón del convento de Santa Clara, y además incorporan los medallones del vía crucis, el escudo de la ciudad y el de la cofradía. Con esta talla se recogió el Viernes Santo, uno de los más multitudinarios que se recuerdan.