Durante la noche del Jueves al Viernes Santo, varias personas pretenden cumplir con una promesa realizada ante Dios. En la localidad de la comarca cacereña de La Vera, Valverde de la Vera, se celebran 'Los Empalaos', un evento declarado Interés Turístico Nacional el 18 de enero de 1980. Desde hace dos años, no se lleva a cabo debido a la situación sanitaria.

El origen está unido a la Cofradía de la Vera Cruz y Pasión de Cristo, que se constituyó en 1715. En un primer momento se llamaban "Disciplinantes" e iniciaron un rito que consistía en recorrer un Vía Crucis de manera especial. Durante aquel entonces, se extendió por toda España.

Hombres y mujeres cargan con una cruz atada al cuerpo mediante un proceso de vestimenta complicado y portando una corona de espinas, mientras recorren descalzos las 14 estaciones del Vía Crucis a través de calles inclinadas y rocosas del municipio cacereño. Además, detrás de sus nucas se cruzan dos espadas en forma de aspa y sus rostros están cubiertos con un velo blanco con el fin de mantener el anonimato. En todo momento son acompañados por cirineos, que portan un farolillo de aceite.

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En esta Semana Santa, como viene siendo costumbre, cada empalao sale a las 0.00 desde un lugar secreto y termina sobre las 2.00. Este rito de penitencia llega a su momento álgido cuando dos empalaos se cruzan y se arrollidan el uno frente al otro como señal de respeto mutuo.

Cuando terminan, vuelven a casa para que les retiren el atuendo. Allí, las familias les esperan para darles masajes y reactivar la circulación. La tradición es tan popular que cuenta con su propio museo desde 2003. Se ubica en una casa típica verata de la localidad y consta de numerosas estancias que relatan la historia de esta fiesta.