La mañana del 15 de agosto de 1998, Bill Clinton, con el rostro pálido, confesó su aventura extramarital a su esposa Hillary. Como en casi cualquier situación similar llegaron lágrimas, preguntas, rabia incontenible y disculpas imposibles.

La confesión --"la situación es mucho peor de lo que había reconocido antes"-- llegaba después de seis meses de mentiras, tiempo en que Hillary había defendido públicamente a su marido, que dos días después tuvo que admitir ante un gran jurado que no dijo la verdad y que había mantenido una "relación inapropiada" con Mónica Lewinsky (en la foto), la famosa becaria de la Casa Blanca. El engaño fue doble. El escarnio, inconmensurable. Y es imposible saber cuál fue peor para Hillary, que se quedó "sin habla, con el corazón roto e indignada por haberle creído".

Por primera vez, la exprimera dama ha contado su agonía. Lo hace en Historia viviente , 562 páginas de memorias (en la foto inferior) por las que recibirá casi 7 millones de euros (1.138 millones de pesetas).

"Me costaba respirar. Empecé a llorar y a gritarle: ´¿qué quieres decir, qué estás diciendo, por qué me has mentido?´ --escribe Hillary, que ha tenido la ayuda de tres autores--. Estaba furiosa, cada segundo más. El simplemente se quedó de pie diciendo una y otra vez ´lo siento, lo siento tanto. Intentaba protegeros a ti y a Chelsea", la hija del matrimonio.

Bill Clinton aseguró que su relación con Lewinsky fue "breve y esporádica". Eso no le libró de tener que explicarle el adulterio a su hija, una exigencia de su esposa que hizo llorar al expresidente.

Hillary admite también que, "como esposa, quería retorcerle el pescuezo". Recuerda el viaje a Martha´s Vineyard tras el testimonio ante el jurado. "Sólo sentía profunda tristeza, decepción e ira --escribe la senadora--. Prácticamente no podía hablarle y cuando lo hacía era una diatriba. Leía. Paseaba por la playa. El dormía en el piso de abajo. Yo en el de arriba".

Hillary Clinton también explica qué le ayudó a salvar su matrimonio: la política, que hizo que no todas las conversaciones de la pareja giraran alrededor del futuro de su relación. "Las dos decisiones más difíciles que he tomado en mi vida fueron seguir casada con Bill y presentarme al Senado", ha escrito. Ha triunfado en las dos.