"Empecé a nadar a los tres años porque a mi madre le daba miedo meterse en el agua, que de pequeña se cayó a un charco, y para que a mí no me pasase eso, me metieron en natación". Catorce años después, Miguel Durán ha batido cuatro récords absolutos de Extremadura, y ayer mismo ya consiguió un título nacional y un bronce. Cuenta que la natación parece fácil, pero que en realidad es muy difícil. Su sueño más cercano es entrar en un centro de alto rendimiento que le permita ser olímpico en un futuro no muy lejano.

Su día a día durante el año es sacrificado. Se levanta a las cinco y media para pasarse dos horas en el agua antes de ir al instituto. "Los profesores ya saben que siempre llego un poco tarde, pero es normal". Cuando sale de clase, se pasa otro par de horas en el agua y otra más en el gimnasio. Miguel sabe que despuntar en el campo del deporte es una tarea muy complicada. A pesar de ello, más adelante, le gustaría compaginar la universidad con la natación de competición (cuando acabe el bachillerato de sociales quiere estudiar Ciencias del Deporte).

Miguel tiene muy claro a quién agradecer sus éxitos deportivos: a su entrenador Raúl Bernal, que le tenía tomada la medida. "Una vez, a las siete de la mañana, que siempre llego un poco dormido, se enfadó conmigo porque dio la salida pero yo no salí. Por poco me tira un taburete a la cabeza". Recuerda el protagonista que todos los títulos que tiene, incluyendo el de campeón de España, se los debe a su entrenador.

Ahora, con el cambio de presidencia en la Federación Extremeña de Natación, Miguel se ha visto obligado a despedirse de Raúl, lo que ha provocado un gran malestar, tanto en él como en otros nadadores del Club Natación Almendralejo, que no entienden esta decisión. Ahora solo espera que no le pase factura en la inminente cita europea.

Y es que este joven de 17 años ha sido un apasionado de los deportes desde que era pequeño. Compaginó la piscina con el voleibol, aunque tuvo que dejar la pelota porque "llegaba a mi casa reventado". También le gusta mucho el fútbol. Al final eligió el agua para gracia de su club y de su familia.

Aunque le encantan los valores que encarna Rafa Nadal, sus ídolos deportivos son Phelps o Wildeboer. La natación le parece el deporte más gratificante. Cuando ve que consigue sus objetivos y va rompiendo sus marcas mes tras mes, le dan ganas de seguir nadando, y el sacrificio requerido le parece menos sacrificio. Extremadura nunca ha tenido un nadador olímpico y él puede ser el primero. Al menos, ese es el sueño.

Como diría su paisano José de Espronceda "Navega sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor" Suerte y al agua, campeón.