Un tercio de la comida lista para ser consumida en el mundo termina en la basura y para acabar con este despilfarro y sus consecuencias medioambientales la aplicación Too Good to Go pone en contacto a restaurantes, pastelerías o fruterías con comensales para un beneficio común. Este instrumento creado en 2016 por la emprendedora danesa Mette Lykke funciona ya en Madrid, Barcelona y Bilbao y el objetivo para este año es «llevarlo a gran parte del mercado nacional antes de cerrar 2019», con el reto de evitar que acaben en el vertedero 6.000 paquetes de comida y 1.200 toneladas de CO2 «derivadas del desperdicio de comida sólo en España», explica su responsable en nuestro país, Oriol Reull.

Para la conversión de comida desperdiciada en emisión de CO2 se basan en los cálculos de la EPA (United States Environmental Protection Agency) y, según sus cálculos, gracias a los 52.000 usuarios actuales en España se han salvado más de 12.000 paquetes de comida, «el equivalente a haber ahorrado ya más de 120.000 kilos de CO2». Con la intención de frenar este despilfarro, esta aplicación gratuita pone en contacto a «cualquier tipo de establecimiento con excedentes en buen estado», como restaurantes, hoteles, pastelerías, fruterías o pescaderías, con usuarios que los compran por debajo del precio habitual. «No es como pedir comida a domicilio, el contenido de la bolsa es una sorpresa para el usuario porque el local no sabe hasta el final de su jornada cuál será su excedente; se le recomienda llevar su propio envoltorio y táperes de cristal o reutilizables», especifica Reull, aunque por si acaso distribuyen un empaquetado «cien por cien compostable y hecho con residuos alimenticios».