Un informe presentado por el abogado del dueño de la finca de Totalán (Málaga) en la que murió el pequeño Julen sostiene que el niño falleció por las tareas de rescate y no como consecuencia de la caída al pozo, según informa 'El Mundo'. El documento al que ha tenido acceso el citado medio afirma que Julen murió por los impactos en su cabeza de herramientas de los agentes de rescate que probaron de quitar el tapón de arena formado sobre el menor que complicó su rescate. El dueño de la finca en la que se hallaba el pozo está imputado por la muerte del niño.

La autopsia practicada a Julen tras el rescate de su cuerpo apunta que una caída libre de 71 metros le produjo dos fracturas en la cabeza y que falleció el mismo día. La principal tesis del informe forense es que el menor arrastró tierra del pozo en su descenso y formó un tapón.