La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado un novedoso fármaco para tratar a las personas con depresión que no responden a ningún tratamiento, la primera ventana que se abre en varias décadas para los cerca de cinco millones de estadounidenses que se encuentran en esa situación. El nuevo antidepresivo se presenta como una droga de acción rápida, que produce efectos en solo unas horas, en contraposición a otros medicamentos del ramo, que tardan semanas o meses en actuar sobre el paciente. Bautizado como esketamina, ha sido desarrollado por la farmacéutica Janssen y se comercializará en forma de spray nasal bajo el nombre comercial de Spravato.

La noticia ha despertado tanta esperanza como cautela entre la comunidad médica, tanto por las incógnitas que rodean al nuevo medicamento como por el potencial de abuso que presenta. El nuevo tratamiento se deriva de un componente de la ketamina, un potente anestésico que es también utilizado ilegalmente como droga recreativa, particularmente en la escena rave. Allí es conocida por sus efectos alucinógenos, euforizantes y de disociación de la mente y el cuerpo. Es indudablemente un avance de gran envergadura, pero los médicos tendrán que ser muy juiciosos y aprender sobre la marcha cómo responde, le ha dicho el psiquiatra de la Universidad de Columbia, Jeffrey Lieberman, a The Washington Post.

La ketamina en genérico lleva algunos años administrándose por vía intravenosa en cientos de clínicas del país y ha demostrado su efectividad en algunos pacientes con depresión severa, según varios estudios. Respecto al nuevo tratamiento, los ensayos clínicos realizados y financiados por Janssen, han dado resultados que están lejos de ser concluyentes. De los cuatro ensayos con pacientes a los que ha sido sometida la esketamina, solo en dos ha dado mejores resultados que el placebo.

El visto bueno de la FDA llega en un momento de creciente sensibilización sobre los riesgos de algunos medicamentos. El país está inmerso en una devastadora epidemia de opioides, que tuvo su génesis en los laboratorios farmacéuticos y las consultas médicas con la prescripción masiva de analgésicos narcóticos para el dolor crónico. Para evitar el abuso del nuevo medicamento o su diversión hacia el mercado negro, no se venderá con receta en las farmacias y solo podrá ser administrado en hospitales y consultas médicas. El etiquetado de las cajas llevará la máxima advertencia de la FDA para alertar al paciente de que podría experimentar efectos sedativos y problemas de atención y juicio. También se informará del potencial de abuso de la droga y la posibilidad de experimentar pensamientos suicidas.

La esketamina es el primer tratamiento contra la depresión que llega al mercado estadounidense desde que el Prozac en 1988. De acuerdo con los expertos, actúa siguiendo un mecanismo distinto a la mayoría antidepresivos existentes hasta ahora. No hemos tenido nada nuevo en 30 años, ha dicho el profesor de psiquiatría de la Universidad de Vanderbilt, Steven Hollon. De modo, que si este medicamento es una forma efectiva de proporcionar una respuesta más rápida a la gente resistente al tratamiento, y somos capaces de usarlo con seguridad, será como un regalo del cielo. Otros profesionales advierten que hay que ser prudentes porque ya en su día se exageraron los beneficios de otros antidepresivos como el Prozac cuando salieron al mercado.