El Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, que lleva el caso por la muerte de Julen, el niño de dos años que fue rescatado sin vida en un pozo de Totalán (Málaga) 13 días después de caer, tomó declaración ayer como testigo al empresario que hizo esa perforación, quien ha ratificado que tapó el agujero con una piedra de grandes dimensiones y tierra. A su llegada a la Ciudad de la Justicia para declarar como testigo, Antonio Sánchez ha dicho a los periodistas que iba a declarar «igual» que cuando fue requerido para comparecer ante la Guardia Civil tras el accidente para que explicara cómo había hecho el pozo. «No tengo otra historia», manifestó. Así, explicó que cuando volvió a la parcela, ya tras la caída del pequeño, comprobó que habían rebajado la zona y ya no estaba la piedra, insistiendo a la salida de los juzgados en que «lo tapé todo muy bien y todo fue perfecto, lo que pasa es que luego han hecho una zanja».

El pocero estuvo acompañado por un abogado que lo asesora, Javier Rodríguez, y ambos explicaron que los pozos que no tienen utilidad por no tener agua no se sellan, lo que sí se hizo en otras perforaciones existentes en la parcela. También explicaron cómo se realizan estas perforaciones y que cuando se ve que un pozo no tiene agua se retira la boquilla de hierro que se pone en los primeros momentos para evitar que la tierra caiga de nuevo y que al retirarla se hace como un hundimiento de tierra, que deja como un cráter, sobre el que se puso la piedra.

Ayer declararon también como testigos un ayudante del pocero y la persona que realizó luego una zanja junto al talud que limita el pozo, quienes mantuvieron lo que ya manifestaron en su momento. Hoy declararán guardias civiles especialistas y los agentes que llegaron primero al lugar, así como el ingeniero que dirigió las obras para el rescate.