Todo apunta a que se trata de un nuevo caso de asesinato machista. Sería el segundo que ocurre en la provincia de Córdoba en junio. La muerte de una pareja por heridas de arma blanca en un piso donde se había declarado un incendio sobrecogió ayer a la calle Espejo Blancas. Poco después de las once de la mañana los bomberos acudían a sofocar las llamas en un piso de la primera planta del número tres de la citada calle y hallaron en el interior a dos personas malheridas por arma blanca. Los esfuerzos por reanimarlos fueron infructuosos e inmediatamente corrió la voz de que los dos desconocidos vecinos habían fallecido.

Ella tenía 49 años y era de nacionalidad brasileña. Ana Lucía Da Silva Sepulchro apenas llevaba un año viviendo en Córdoba, en un piso alquilado, y mantenía una relación con Salvador Ramírez, malagueño de 46 años, un trabajador de un bar cercano que se encontraba en libertad condicional tras haber sido condenado por el asesinato de su anterior pareja, en el año 2002 en Algeciras. Ayer, Priscila, la hermana de la fallecida, contaba entre sollozos que su hermana conocía los antecedentes del hombre, pero que todo iba bien en la relación. La suegra de esta, Germania, era mucho más dura, «estamos seguros de que la ha matado él».

Los primeros indicios apuntan a que el hombre habría matado a la mujer y después prendió fuego al piso y se autolesionó para suicidarse, pero serán las investigaciones de la Policía Judicial y Científica de la Nacional las que confirmen estos extremos, así como la autopsia que se practicará hoy a los cadáveres en el Instituto de Medicina Legal de Córdoba.

En la calle, los vecinos, arremolinados tras el cordón policial, contaban que la pareja no era muy conocida en el barrio porque apenas llevaba viviendo un año en el piso donde ocurrieron los hechos. Fue la familia de Ana Lucía la que explicó a los periodistas que la mujer trabajaba como empleada de hogar, que tenía una hija de 16 años y que él trabajaba en la cocina de un restaurante próximo al piso.

Una vez que los bomberos extinguieron las llamas y la Policía Nacional realizó las primeras pesquisas, la autoridad judicial ordenó el levantamiento de los cadáveres, que a las 13.55 horas eran introducidos en el furgón funerario rumbo al Instituto de Medicina legal, ante la expectación de gran número de vecinos que no salían de su asombro ante tan inusual suceso.

Las primeras informaciones oficiales que fueron llegando confirmaron que el incendio se inició a las once de la mañana y que los cuerpos correspondían a un hombre y una mujer; que ella tenía 49 años y él, 46; y, más tarde, desde la Subdelegación del Gobierno llegaba la confirmación, ya anunciada por la familia, de que Salvador tenía antecedentes por otro asesinato machista ocurrido en Algeciras en el año 2002, por el que había cumplido condena y se hallaba en libertad condicional. El círculo se cerraba, pues ya, sin descartar otras hipótesis cada vez menos probables, todo apuntaba a que lo ocurrido ayer en la calle Espejos Blanca fue un nuevo caso de violencia machista, según la Subdelegación.

Con este, ya son dos las mujeres asesinadas en la provincia de Córdoba en lo que va de mes, pues hace dos semanas, en Iznájar, se produjo otro luctuoso suceso en el que también el hombre, tras asesinar a su compañera, se suicidó utilizando la misma escopeta con la que antes había disparado mortalmente contra ella.