Pamplona paralizó ayer la celebración de San Fermín para protestar durante unos minutos contra la agresión sexual que tuvo lugar la madrugada del pasado 7 de julio en una vivienda de la ciudad, según denunció la presunta víctima.

Un total de 18 mujeres han presentado denuncias por abusos sexuales, la mayoría en forma de tocamientos, durante esta edición de las fiestas.