Las Palmas / Las vistas desde el mirador de la Caldera de los Pinos de Gáldar muestran el paisaje calcinado que ha quedado tras el último incendio que ha devorado unas 10.000 hectáreas en la isla de Gran Canaria. El fuego, originado el pasado sábado en el municipio de Valleseco y que desde entonces se ha extendido por un perímetro aproximado de 112 kilómetros, obligó a evacuar a más de 9.000 vecinos de la zona. Los responsables del dispositivo encargados del control del suceso anunciaron ayer que el incendio ya está estabilizado.