La sede del consulado de Uruguay en Barcelona es una oficina funcional. No está habilitada para hacer una vida en familia, ni para dormir. María, la mujer uruguaya que mantiene un conflicto con su excónyuge por la custodia de su hija, seguía ayer atrincherada con la menor de 7 años en la legación diplomática del país sudamericano en Barcelona para evitar que los Mossos, que cumplen órdenes judiciales, se lleven a la pequeña para entregársela al padre. Ambas llevan ya más de dos días encerradas en la cuarta planta de la Avenida de la Diagonal, cuyo máximo responsable, Juan Pablo Tagliafico, defiende la inviolabilidad de sus dependencias y subraya que entre sus competencias no figura ejecutar sentencias de países que no sean el suyo.

Los abogados de la mujer han solicitado al juzgado de Vielha que tramita el pleito que se suspenda el traspaso de la menor por «el bienestar de la niña». «La entrega, sea donde sea, será traumática porque la pequeña no ha visto a su padre en tres años», aseguran los letrados Mario Guerrero y Ester García.

Es muy posible que madre e hija estén durmiendo en uno de los sofás que hay en el consulado. Allí hay algunas prendas de ropa de la niña (no muchas) y algún que otro juguete. Su madre y dos de sus tías, que han venido de fuera, intentan que la estancia en la legación diplomática sea lo más llevadera posible para ella. No estaba previsto. Los familiares de la mujer entraron el viernes por la noche en el edificio con bolsas con ropa. Ayer se repitió la escena. Además, junto a algunos funcionarios del consulado, fueron a buscar comida. «Nosotras cumplimos, trajimos a la niña, pero el consulado no la entregó porque no les correspondía hacerlo. El padre vino con su abogada y con la prensa y no pudo llevársela», dijo la tía de la niña.

María sabe que en cuanto salga con su hija a la calle, la policía catalana se llevará a la pequeña. Seis agentes están apostados en el rellano del consulado para evitar que la mujer se salte la orden de la jueza de Vielha, que ha sentenciado que la custodia de la menor debe recaer en el padre. Este fue denunciado por su expareja por abusos sexuales a la pequeña y malos tratos a su excónyuge. Especialistas de Uruguay, donde la mujer se llevó a la cría de viaje en el 2016, confirmaron esas sospechas, pero peritos catalanes lo descartaron y el caso se archivó el pasado mes de febrero. A raíz de esto, la togada de la localidad leridana falló en favor del hombre, que debía recoger a la hija en el consulado de Uruguay el viernes a las once de la mañana.

Cuando el padre y sus abogados se presentaron el viernes en la sede diplomática, la mujer y la niña llevaban allí aproximadamente una hora. No obstante, el consulado comunicó que no se haría entrega de la pequeña en sus dependencias. Incluso el Ministerio de Asuntos Exteriores de Uruguay emitió un comunicado en el que reiteró la defensa de la inviolabilidad de sus legaciones y advirtió a España de que podría estar incumpliendo el «derecho internacional». Se iniciaron entonces contactos diplomáticos entre ambos países. El embajador de Uruguay en Madrid se ha reunido con autoridades de los ministerios de Exteriores y de Justicia españoles.

A media tarde del viernes parecía que se había reconducido la situación, pues la jueza propuso que la entrega de la niña se llevara a cabo el próximo miércoles en un punto de encuentro de Gavá, donde han vivido María y la pequeña en los últimos meses. Sin embargo, horas más tarde, a petición de la fiscalía, la togada decidió enviar a los Mossos al consulado para que se llevaran a la niña. Ni ella, ni la madre, tienen ahora pasaporte.

Tras la nueva decisión judicial, la madre optó por quedarse con la pequeña dentro del consulado, decisión que apoyó el cónsul. Acompañadas de otras familiares, pasaron la velada en las dependencias de la legación diplomática.

A las 11 de la noche del viernes se apagaron las luces de las oficinas. Muchas horas antes el padre había abandonado las instalaciones, pero el conflicto sigue abierto y ha causado un enorme revuelo en Uruguay. El martes pasado, por ejemplo, decenas de personas se manifestaron en Montevideo para expresar su respaldo a la madre.

La jueza de Vielha, según las fuentes consultadas por este diario, hizo ayer un nuevo movimiento e instó a los Mossos que certificaran que la niña estaba dentro del consulado. Los funcionarios uruguayos impidieron el acceso de los policías a la oficina que, respaldándose en el derecho internacional, les dijeron que es territorio uruguayo.