Una cría de pez tropical (Aluterus scriptus) destaca entre decenas de restos de residuos plástico recogidos en las aguas superficiales de Hawái. Esta impactante imagen de un pez acorralado por la contaminación ilustra los resultados de un nuevo estudio publicado este mismo lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en el que los científicos denuncian que los residuos plásticos de menores dimensiones están llegando a las superficies de las aguas, el hábitat en el que se crían los peces marinos durante sus primeras etapas de vida, donde son ingeridos por estos animales.

En este nuevo estudio, uno de los estudios más ambiciosos realizados hasta la fecha, se ha analizado el ecosistema de las manchas oceánicas que se forman con el oleaje. Los expertos descubrieron que en estos puntos de la superficie marina, donde se concentra una gran cantidad de plancton, también se acumula la mayor cantidad de residuos plásticos del océano. En estos puntos del océano, según sugiere la recién publicada investigación, la densidad de plásticos es 126 veces mayor que en otras aguas superficiales. Las muestras recogidas en Hawái revelan que en determinadas zonas podría haber siete veces más plásticos que alevines.

Plástico en la cadena trófica

Los expertos explican que la mayoría de los plásticos encontrados en las manchas superficiales son de menos de un milímetro de tamaño. Y esta es, aproximadamente, la misma medida que la de las presas de estos pequeños peces. El análisis de cientos de alevines desveló que son muchas las especies que ingieren estas partículas de plástico durante su crecimiento. "Encontramos pequeñas piezas de plástico en los estómagos de especies pelágicas que viven en la superficie de las aguas dirigidas comercialmente. Es el caso, por ejemplo, del pez espada y el dorado, así como en especies de arrecifes de coral como el pez ballesta ", explica Jonathan Whitney, investigador en la Universidad de Hawái en Manoa y autor principal del estudio.

También se encontraron plásticos en la familia de peces voladores, unas especies que son cazadas tanto por los como los atunes como por la mayoría de las aves marinas hawaianas. "Las crías de son fundamentales para la función del ecosistema y representan el futuro de las poblaciones de peces adultos", recuerda Jamison Gove, oceanógrafo investigador de NOAA y co-líder de este nuevo estudio. "El hecho de que estos peces estén rodeados de plásticos y que ingieran este material no nutritivos en su etapa más vulnerable es alarmante", añade.

Tras estos resultados, los expertos matizan que aún no tienen claro cuán dañina es la ingesta de plástico para estas crías. En los peces adultos, los plásticos pueden causar bloqueo intestinal, desnutrición y acumulación de tóxicos. Por ahora, los científicos estiman que, dado que los peces más pequeños son muy sensibles a los cambios en su entorno y alimentos, la presencia de estos residuos podría tanto afectar su desarrollo como reducir su supervivencia.