Leonor vive en el R-66. No sale de casa porque tiene 74 años y forma parte de la población de riesgo. Esta mañana conectó la televisión y se puso a escuchar misa. Siempre ha sido bastante atea pero la pandemia le ha hecho cambiar su concepto de mirar el mundo. En la homilía de hoy el cura ha hablado sobre el perdón. Hasta 70 veces hay que perdonar . "Yo siempre digo que no me gusta perdonar más de dos veces, pero he pensado que qué más da, que si tengo que perdonar 70 veces, pues las perdono".

Después de la misa llamó a su vecina Ana, para que se acercara a la multitienda Cares, en el número 5 de la avenida Alfonso Díaz de Bustamante. La regenta Javier Rodríguez-Arias Rodríguez desde hace cuatro años. Él tiene 22 y se ocupa de un negocio que antes fue de su abuelo y luego de su madre.

Vende productos de alimentación, pan, conservas, embutidos, dulces, agua, gominolas y también tiene una sección de droguería. "Desde hace días se ve mucha precaución en el ambiente. La gente está muy concienciada", explica Javier, que ahora solo abre por las mañanas, de 10 a tres porque por las tardes prefiere guardar la cuarentena.

Atiende a su clientela fiel con guantes y mascarilla y no descarta repartir a domicilio en unos días. Javier forma parte del grupo de cacereños que resiste y sobrevive a la pandemia. Es complicado, especialmente para los autónomos como él, que deben afrontar la crisis sin dejar de pagar impuestos y con unos beneficios muy mermados.

Entretanto, en la tele el cura sigue hablando del perdón mientras Leonor coloca en el frigorífico los tomates de la multitienda de Javier al grito de Amén.