La Junta de Extremadura examina desde ayer una a una todas las residencias de ancianos de la región, tanto las que son de titularidad pública como privada, y procederá a cerrar todas aquellas que no reúnan las condiciones para frenar el coronavirus. Lo hace a instancias del Gobierno central, que el pasado jueves publicó una nueva orden ministerial (se aprobó el 5 de marzo pero hasta ayer no entró en vigor) que exige a todos los geriátricos del país contar con un médico en su plantilla, así como con espacios para aislar a los que den positivo en covid-19. Las residencias deberán también vetar las visitas de los familiares.

Estas medidas forman parte del plan con el que el Estado pretende abordar la situación crítica que se vive en los centros de mayores, ante el aumento de infectados y de fallecimientos. En la región nueve de los diez muertos registrados hasta ahora a causa de esta pandemia se encontraban internos en residencias geriátricas. Las más afectadas son las de Arroyo de la Luz, que con cuatro fallecidos (el último se conoció el jueves a última hora, una mujer de 82 años) y la de Santiago de Alcántara, que ha sufrido hasta ahora tres muertes. También la de Malpartida de Plasencia, que ha registrado una defunción. Son los tres principales focos, todos ubicados además en la provincia de Cáceres.

La situación más crítica se vive en Arroyo de la Luz. Aquí, ante el aumento de casos positivos, el Servicio Extremeño de Salud (SES) tomó la decisión de llevar a los infectados hasta el hospital Quirón de la capital cacereña. En total se ha trasladado a diez personas, todas mayores de 80 años, entre la tarde del jueves y ayer por la mañana. Se desarrolló sin incidentes. Se trata de un plan de contingencia ante la evolución de la pandemia en estos centros. Todos tienen síntomas leves por lo que, en circunstancias normales, no habría sido necesario su ingreso hospitalario pero se ha decidido así para intentar frenar la propagación entre el resto de residentes. En la clínica, de titularidad privada, tendrán las mismas condiciones que si estuvieran en aislamiento domiciliario, solo que controlados por los médicos.

Para trasladar a los mayores a un espacio fuera de sus residencias era necesario que el mismo contara con «camas preparadas para albergar a personas que requieren cuidados continuos, no curativos o en situación de alto nivel de riesgo (estos últimos requieren cuidados complejos para el alivio sintomático destinado a la mejora de la calidad de vida)», señala la Junta de Extremadura en una nota de prensa. El centro Quirón, añade, reúne todas las condiciones necesarias para acoger a estos ancianos.

Más traslados

Hasta este hospital se ha llevado asimismo a siete ancianos infectados procedentes de la residencia de Santiago de Alcántara (522 habitantes), que vive también una situación crítica ante el aumento del brote. Aquí también crecen los contagios fuera de la residencia (en el pueblo hay dos positivos, uno hospitalizado y doce en aislamiento pendientes de pruebas).

Por el momento el SES descarta realizar más traslados ni desde estos dos centros ni desde otros de la región.

La residencia arroyana se encuentra además bajo vigilancia extrema y se dotó hace unos días de un médico internista y de todo el material médico necesario (respiradores, goteros, oxígeno,…). Como si se tratara de una planta de hospital al uso. Según los últimos datos aportados, en estos momentos se encuentran en aislamiento 18 internos tras haber dado positivo en la prueba del covid-19, cuatro están pendientes de los resultados y otros cuatro están a la espera de que se les realice el test. Fuera de la residencia además hay 57 infectados (cuatro ingresados en el hospital y el resto en casa).

«La residencia necesita de manera continua personal por las bajas pero, según se ha ido pidiendo, se han ido cubriendo» asegura el alcalde de la localidad, Carlos Caro. Y añade que el ayuntamiento informa a los familiares de los residentes de forma continua sobre su estado y facilita además la realización de videollamadas, en la medida en la que sea posible. Las banderas del consistorio ondean desde ayer a media asta «en señal de respeto y luto por la difícil situación».

Malpartida de Plasencia

Un poco más de normalidad hay en la residencia de Malpartida de Plasencia, que ha registrado un fallecido a causa de esta enfermedad. Hasta ahora, tal y como confirma su directora, María Núñez, solo una persona ha dado positivo, aunque falta todavía casi la mitad de la residencia por recibir resultados o por realizarse el test. Por el momento ningún interno presenta síntomas. Aun así toman medidas preventivas, como la realización de las comidas en dos turnos para que los ancianos estén sentados con una distancia prudencial. «Estamos luchando como jabatos, doblando turnos porque tenemos una responsabilidad con nuestros internos, nos eligieron para que les cuidáramos», afirma.

Necesitan personal, ya que al menos ocho enfermeras y auxiliares están de baja (a pesar de dar negativo tienen que cumplir la cuarentena).

Santiago de Alcántara pide evacuación

El otro brote importante en los centros de mayores de la región se ha registrado en la residencia de Santiago de Alcántara, que hasta ayer sumaba tres fallecimientos a causa de esta pandemia. Tal y como se conoció ayer, el Servicio Extremeño de Salud (SES) acordó trasladar hasta el hospital Quirón de la capital cacereña a siete internos contagiados. El alcalde, Eusebio Batalla, cree que no es suficiente y ha solicitado la evacuación completa del centro de la tercera edad para frenar la propagación del virus.

De no ser posible esta medida exige que se desinfecte el geriátrico y que se dote de todo el material médico necesario. Lo que pide es que se actúe como ya se ha hecho en Arroyo de la Luz, que se ha convertido en un pequeño hospital, con un médico internista que atiende a los infectados y con material necesario para los aislados (oxígeno, goteros,…). Se queja además de que el transporte de los mayores no fue el correcto: «Los llevaron a todos en una ambulancia colectiva, a todos juntos, sin separación y solo iba el conductor. Así no puede ser», critica.

El SES afirma que en estos momentos se está valorando cómo actuar con todas las residencias de ancianos. Estudia la situación (con o sin infectados) y los medios que tiene cada una para tomar una decisión.