El cole en casa está siendo un motivo más de presión para muchas familias extremeñas en pleno aislamiento y alerta sanitaria. Alumnos sobrecargados de trabajo y padres que no pueden, no tienen medios o no saben cómo gestionar la avalancha de tareas escolares que les están enviando sus docentes en los últimos días a través de Rayuela y otras plataformas digitales. «Estamos mandando una cantidad desaforada de actividades y tareas a padres de nuestros alumnos. Esto está generando un estrés en muchas familias, doy fe», reconoce Manuel Guisado, maestro de Primaria y padre de dos alumnos de esta etapa, en sus redes sociales. «Hasta la maestra de Religión está mandando deberes» apunta una madre que prefiere no dar su nombre.

Son las quejas de numerosos padres y madres de alumnos que han llegado hasta la Consejería de Educación, desde donde quieren poner cordura a través de un escrito que se remitió ayer a todos los directores de los centros educativos de la comunidad. «Ante las quejas reiteradas de varias familias, hemos enviado mediante la Inspección Educativa una comunicación en la que se pide flexibilidad. Se les ha sugerido a los docentes que intenten adaptar las tareas a la situación real que se está viviendo derivada del estado de alarma, de modo que se organice el trabajo en casa con mesura y flexibilidad», explican desde la consejería.

No es el colegio

«Quizá en un exceso de celo por nuestro trabajo y pensando en la responsabilidad que tenemos con nuestros alumnos, nos hemos lanzado a bombardearles desde diferentes frentes con tareas que han supuesto un desconcierto para las familias. Pero es imposible querer hacer desde casa lo que se hace a diario en el colegio de manera presencial», reconoce el director de un colegio cacereño.

En este sentido, desde la consejería, respetando la libertad la autonomía pedagógica de los centros, ha querido dar un toque de atención. «Es muy difícil seguir en casa el mismo ritmo de trabajo que se tiene en los centros educativos, ni el mismo horario porque los escenarios son diferentes. Por lo tanto, la carga de trabajo no puede ser la misma», defiende.

Admite, además, que no todas las familias están en las mismas condiciones para ayudar a sus hijos e hijas, «por lo que la consejería ha pedido a los centros moderación y sentido de la realidad». La carta, remitida a todos los centros, concluye felicitando a todos los profesionales de la educación «por el magnífico trabajo que están desarrollando. Nos consta que se están haciendo grandes esfuerzos por todas las partes y entendemos que estos días están siendo un periodo de adaptación y prueba».

Hay que recordar que más de 175.000 estudiantes extremeños y 17.000 docentes se han quedado sin clases presenciales desde el pasado lunes.

¿El final del curso?

Asimismo, la consejería coincide con las reflexiones realizadas ayer por un inspector educativo de la provincia de Badajoz, que reconoce un exceso de trabajo. «Los padres no son maestros, no tienen su habilidad, ni su conocimiento y además de estar en casa realizando su trabajo, tienen que encargarse del control de las tareas. El exceso de esas tareas solo va a generar frustración y más desigualdad», asegura el inspector educativo.

Advierte además de que esta situación de confinamiento y suspensión de las clases podría extenderse más allá del 30 de marzo previsto inicialmente. De hecho, asegura que el escenario «más probable es que el curso presencial haya terminado».

Ante esta posibilidad, la Consejería de Educación asegura que solo contempla el escenario actual, es decir, la posible vuelta a las aulas en abril tal y como marca el estado de alarma durante 15 días, aunque reconoce que ante la posibilidad de que esta situación pudiera prolongarse en el tiempo, la consejería está trabajando en una nueva planificación que se daría a conocer a toda la comunidad educativa si se extienden las medidas de confinamiento.